Viene de Diarios del Transiberiano (Parte 4)
- Fecha: Del Miercoles 20 de Julio al Martes 23 de Agosto de 2011 (35 DIAS)
- Fecha: Del Miercoles 20 de Julio al Martes 23 de Agosto de 2011 (35 DIAS)
- Paises: España, Suecia, Rusia, Mongolia, China y Japón.
- Ciudades Visitadas: Guadalajara, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Alicante, Estocolmo, San Petersburgo, Moscú, Ekaterimburgo, Irkutz, Litsvianka, Ulán Bator, Gubeikou, Pekín y Tokyo.
- Medio de Transporte: Coche (BMW 320CD), avión, barco, metro, taxi y tren.
- Acompañantes: Palma
DIA 26
A pesar de estar en la quinta puñeta, había que admitir que el hotel era un lujo. Amanecimos muy descansados y con ganas de encarar la ciudad con otro animo. Desayunamos en el bufete libre y nos echamos a la calle.
El primer destino en mente, un mercado de antigüedades en la zona de Dongcheng, muy cerca del templo del cielo. Salimos del metro en la zona indicada.
Pero tras casi una hora pateando, no fuimos capaces de encontrar absolutamente nada, por lo que nos dedicamos a recorrer el pintoresco barrio hasta que fuimos a parar al Parque Longtan.
Por suerte, el tiempo nos estaba respetando y pudimos disfrutar de las vistas de nenúfares flotando sobre el lago.
Aunque en el mapa de entrada parecía que el Templo del Cielo se encontraba relativamente cerca, después de llevar andando casi una hora, aun no habíamos dejado atrás el gigantesco parque.
También localizamos zonas donde poder alquilar barcas, llenas de familias que habían ido a pasar el día.
Y finalmente, encontramos la salida del parque, cuando ya creíamos que íbamos a tener que deshacer el camino andado.
Y encaramos la entrada al Templo. De repente, nos vimos rodeados de hordas de de chinos viniendo de todas partes.
Y es que hasta ese momento, no habíamos experimentado una visita a un lugar tan turístico en China, y no éramos conscientes de hasta que punto podían saturarse de turismo nacional las atracciones.
Comenzamos visitando el Qui Nian Dan, un edificio circular de 38 metros de altura que se encuentra a la entrada.
A continuación, siguiendo por un pasaje de piedra de unos 300 metros llegamos al segundo edificio, el Altar Circular.
Y finalmente llegamos al tercer edificio, La Boveda Imperial, rodeado por el Muro del Sonido. Se dice que si se habla en cualquier punto del muro, la voz llega hasta cualquier punto, pero con tantísima gente, era imposible hacer ninguna prueba.
Como curiosidad, poder observar dentro del recinto del templo a los lugareños jugando al ajedrez en los mismo pasillos.
O jugando a otros deportes, como una variante del badminton con los pies, practicando Tai Chi o incluso dando conciertos.
Por desgracia, empezó a llover, así que esperamos a que descampara un poco comprando varios souvenirs.
Ni de broma conseguimos llegar sin mojarnos, aunque conseguimos llegar a Shiji Tianding, un centro comercial céntrico pegado a Tiananmen.
La oferta de restaurantes era variada, pero por desgracia, no todos los restaurantes tenían tecnología digital, o lo que es lo mismo, carta para poder señalar la foto del plato que queremos, por lo que optamos por probar el sapo, que no estaba nada mal, aunque los huesos tan pequeños hacen casi imposible desconcentrarte un momento.
Lejos de descampar, tras el almuerzo, que nos pilló cerca de las 5 de la tarde, se puso a llover más fuerte. Estábamos un poco desubicados, pues no sabíamos hacia donde ir, y nadie hablaba inglés. Yendo de cornisa en cornisa, dimos con la calle Quianmen, una de las atracciones turísticas del centro.
Estaba llena de galerias comerciales y pequeñas tiendas de souvenirs, donde automáticamente descubrimos que todo costaba tres veces menos allí que en el Templo del Cielo, aunque las compras ya estaban hechas.
Se nos fue la tarde entre tiendas y cervezas y al final acabamos al final de la calle, justo al frente de la Puerta Zhengyang, al otro lado de la Plaza Tiananmen, desde donde cogimos el metro de vuelta a casa.
O hasta el cruce más cercano de vuelta a casa, desde donde no tuvimos más remedio que coger un taxi pirata de los que llevan una luz roja en el retrovisor interior, ya que había vuelto a empezar a diluviar. Por suerte habíamos comprado un par de sandwiches en un supermercado, por lo que no tuvimos que preocuparnos de buscar donde cenar bajo tal diluvio. Pasamos el resto de la jornada en el hotel, viendo la tele china. Pekin es agotador.
Por suerte, todo podía mejorar con una buena cerveza china, y para aprovechar la visita decidimos probar uno de los bares que había abierto.
Finalmente, nos dimos por vencidos: Nos habíamos equivocado con la visita. Nada más salir cogimos un taxi que nos llevó directamente a Donzhimen, la zona de Hutongs donde habíamos estado parando la primera noche.
Había muy buen ambiente, y subimos un poco hacia el Parque Nanguan, lleno de tiendas de souvenirs y bares. Por desgracia, nada más llegar nos dimos cuenta de que teníamos detrás a un tío que no paraba de seguirnos, tras intentar despistarlo un par de veces, no hubo manera, por lo que volvimos a la zona con mayor movimiento, no teníamos ganas de comprobar de que se trataba.
Cenamos por la zona, e incluso pudimos probar escorpión y larva de grillo en un puesto callejero. Tras esto, tocaba volver a casa, no queríamos complicarnos y buscamos un taxi.
Cuando le explicamos donde queríamos ir al primero, nos hizo bajarnos del taxi ya que no le convenía la carrera. Luego estuvimos media hora intentando localizar a alguien, para lo que tuvimos que callejear entre los hutongs para alejarnos de las zonas más transitadas.
Finalmente localizamos a uno, que nos llevó de vuelta. Por desgracia se equivocó y nos dejó a 20 minutos andando del hotel. Como no llovía hicimos de tripas corazón y volvimos a pata. Una cerveza al lado del hotel y listos para hacer el experimento de pegar el pasaporte, al día siguiente veríamos el resultado. Definitivamente, estábamos hartos de Pekin, la ciudad era un desastre en cuanto a comunicaciones, y tardar tantísimo en dar cualquier paso estaba acabando con nuestra paciencia.
Camino al Templo del Cielo - Pekin |
El primer destino en mente, un mercado de antigüedades en la zona de Dongcheng, muy cerca del templo del cielo. Salimos del metro en la zona indicada.
Sandias - Pekin |
Parque Longtan - Pekin |
Parque Longtan - Pekin |
Parque Longtan - Pekin |
Parque Longtan - Pekin |
Parque Longtan - Pekin |
Templo del Cielo - Pekin |
Templo del Cielo - Pekin |
Templo del Cielo - Pekin |
Templo del Cielo - Pekin |
Templo del Cielo - Pekin |
Templo del Cielo - Pekin |
Templo del Cielo - Pekin |
Templo del Cielo - Pekin |
Shiji Tianding - Pekin |
Diluvio - Pekin |
Calle Quianmen - Pekin |
Zhengyang Gate Jianlou - Pekin |
Linea 10 - Pekin |
DIA 27
Vuelve a ser lunes, y de ese dia no pasaba que solucionase el tema del pasaporte. Desayunamos y pusimos rumbo a la embajada, que por supuesto era casi imposible de encontrar. En una post office, encontramos a Mike, de la noche de Vodka en el transiberiano, algo impensable en una ciudad de 20.000.000 de habitantes.
Nos indicó como llegar a la zona de las embajadas y nos despedimos. Cuando estabamos a punto de desistir encontramos a un español que con su Ipad nos indicó como llegar a nuestro destino. Una vez en la calle de las embajadas, fue fácil de localizar, ya que era la única que estaba rodeada de una cola de chinos que querían un visado.
Tras esperar un poco, nos atendieron, y me recomendaron que la mejor opción era intentar reparar yo mismo el pasaporte, ya que uno nuevo podría tardar semanas. Tras la sorpresa inicial, almorzamos y compramos un bote de pegamento, más tarde en casa haríamos el experimento.
La siguiente parada fue el Distrito 798, al noreste de la ciudad. Nos costo llegar una hora de caminata y otra media hora de metro, por lo que esperábamos que valiera la pena.
Y coincidimos en que no lo valia. No dejaba de ser un conjunto de galerías, muchas de ellas cerradas, y esculturas en un principio originales, pero que se hacían bastante repetitivas.
Y bastantes restaurantes y cafeterias frecuentadas por universitarios. Quizá en un día soleado la percepción cambiara un poco, pero se encontraba bastante desangelado.Buscando la Embajada Española - Pekin |
Embajada Española - Pekin |
798 Art District - Pekin |
798 Art District - Pekin |
798 Art District - Pekin |
798 Art District - Pekin |
798 Art District - Pekin |
Ghost St. - Pekin |
Ghost St - Pekin |
Ghost St. - Pekin |
Hutongs en Donzhimen - Pekin |
DIA 28
Por fin un dia soleado, tras desayunar nos encaminamos al norte de la capital, para hacer la visita al Palacio de Verano, otra de las visitas obligatorias.
Sin duda, hasta ese momento, la visita más impresionante de la ciudad, por supuesto acompañada del buen tiempo.
Si bien las aglomeraciones todavía eran palpables, la variedad de paisajes que ofrece el palacio hizo que nos olvidáramos de ese incomodo factor.
La visita incluía el paseo por la ribera del rio que recorre la mini ciudad dentro de la que se encuentra el palacio.
Dicha ribera se encuentra llena de tiendas de souvenirs, restaurantes e incluso algunas terrazas donde disfrutar de una cerveza.
Luego continuamos hacia la parte de los museos dedicados a las distintas dinastías.
Donde pudimos disfrutar de espectáculos de danza en directo, además de una pequeña obra de teatro, de la que no entendimos gran cosa.
Por último desembocamos en el Lago Kunming, después de más de tres horas de paseo, donde no llegamos a ver ni la mitad del complejo.
Existía la posibilidad de visitar alguna de las otras partes de la costa opuesta del Lago Kunming, como el Puente Jiehu, pero decidimos volver a la civilización.
Y nuestra siguiente parada en el planning del día era la visita a la Villa Olímpica donde se había desarrollado los juegos olímpicos de Pekin 2008.
Y con lo que nos encontramos fue con una explanada llenísima de turistas donde se desarrollaban distintas actividades patrocinadas por marcas de bebidas, además del famoso Nido, el campo de fútbol.
Como curiosidad, nos encontramos con un español que llevaba viviendo allí varios meses por trabajo, y que se había sacado un bono para ir a nadar a la piscina olímpica, que estaba abierta al público a un precio bastante asequible.
Para terminar el dia volvimos al Parque Nanguan, hoy si estábamos de humor para tratar con carteristas, en caso de que los hubiera.
Entramos por el lugar contrario al dia anterior, por el norte, y nos fuimos encontrando con bares de lo más agradable.
Nos tomamos una cerveza, y conforme nos acercábamos a la entrada principal, comenzaron a aflorar los relaciones públicas que nos ofrecian prostitutas en locales de la zona.
Por suerte, no dieron mucha batalla. Hoy estaba saliendo muy bien, hasta cogimos el taxi de vuelta a casa a la primera. Cenamos en el restaurante del primer día, y por primera vez, nos recogimos habiendo disfrutado de un día sin altercados en Pekin.
Para terminar la tarde comprando los últimos souvenirs nos dirigimos a Calle Quianmen, por lo que abandonamos la Puerta Zhengyangmen.
Encontrando justo al otro lado una atracción de la que tampoco habíamos oído hablar, el Kilometro Cero desde el que parten todas las carreteras de China.
Ya en Quianmen, fuimos recorriendo distintas tiendas de maletas y bolsos, hasta que conseguimos por 12€ una lo suficientemente grande para meter los souvenirs de 28 días de viaje.
Posteriormente volvimos al hotel a reorganizar las maletas, al día siguiente nos esperaba el penúltimo vuelo del viaje, y Pekin nos había pasado factura más de lo esperado en lo que a cansancio se refiere.
Palacio de Verano - Pekin |
Palacio de Verano - Pekin |
Palacio de Verano - Pekin |
Palacio de Verano - Pekin |
Palacio de Verano - Pekin |
Palacio de Verano - Pekin |
Palacio de Verano - Pekin |
Palacio de Verano - Pekin |
Palacio de Verano - Pekin |
El Nido - Pekin |
Villa Olímpica - Pekin |
Nanguan Park - Pekin |
Nanguan Park - Pekin |
Nanguan Park - Pekin |
Nanguan Park - Pekin |
DIA 29
Volvió a amanecer nublado, era prácticamente nuestro último día en la ciudad, y habíamos dejado otro de los platos fuertes para el final.
Y nada más llegar nos dimos cuenta de que lo del día anterior había sido un espejismo, pues centenares de personas se agolpaban en la puerta para hacer la visita de rigor.
Quizá por lo que habíamos visto en el Palacio de Verano, o porque el cielo volvía a estar encapotado, personalmente no me volvió loco el complejo.
Llevábamos viendo este tipo de arquitectura casi 7 días, por lo que no era nada nuevo, a pesar de lo majestuoso de los edificios.
De todas maneras, la visita vale la pena. Desde el Salón de la Suprema Armonia hasta las murallas a las que se puede acceder pagando una pequeña entrada de 1€.
Echamos cerca de dos horas paseando, y justo cuando decidimos irnos comenzó a llover, por lo que tuvimos que refugiarnos un rato más.
Salimos por la Puerta del Este, que tenía menos tráfico, y comenzamos a caminar siguiendo a la masa de visitantes.
Y de pura casualidad, tras almorzar pato laqueado en un restaurante, llegamos a una de las calles más llamativas de la capital China, la Calle Wangfujing.
Donde vendían todo tipo de comidas en puestos que se extendían a lo largo de la calle, empezando por los típicos pinchos de carne y pollo.
Hasta las famosas crisálidas, grillos, saltamontes, escorpiones, serpientes, y todo tipo de insectos imaginables.
Y por supuesto había que probar un poco de todo, ya que la gastronomía es una parte esencial del país.
Curiosamente, de todas las excentricidades, la que menos nos gustó fue la estrella de mar, que la servían directamente de la freidora y tenía una textura un tanto granulosa.
Tuvimos que refugiarnos pues se puso a llover de nuevo, cuando descampó un poco, volvimos a Tiananmen.Ciudad Prohibida - Pekin |
Ciudad Prohibida - Pekin |
Ciudad Prohibida - Pekin |
Ciudad Prohibida - Pekin |
Ciudad Prohibida - Pekin |
Ciudad Prohibida - Pekin |
East Gate - Ciudad Prohibida - Pekin |
Wangfujing Street - Pekin |
Wanfujing Street - Pekin |
Wanfujing Street - Pekin |
Wanfujing Street - Pekin |
Wanfujing Street - Pekin |
Plaza Tiananmen - Pekin |
Puerta Zhengyangmen - Pekin |
Kilometro Cero - Pekin |
Quianmen St - Pekin |
DIA 30
Tomamos nuestro ultimo desayuno en el hotel, y por supuesto hicimos acopio de víveres en el bufete. Luego nos acercamos hasta el mostrador de recepción, y le pedimos a la chica que nos pidiera un taxi hasta la estación de Sanyuanqiao, con acceso directo al aeropuerto. Nos montamos, y tras media hora de camino, nos dejó en un centro comercial de las afueras, llamado Sanyanqio...
Por suerte, y para variar, llevábamos tiempo de sobra, por lo que pudimos señalar en un mapa donde queríamos ir. No hubo problema para pasar el control con el pasaporte arreglado que llevaba y embarcamos a la hora adecuada, pero hicimos una inesperada parada en Shanghai que nos retrasó tres horas.
Consecuentemente, llegamos a Tokio cuando ya había cerrado el aeropuerto. Pero para nuestra sorpresa, habían habilitado autobuses gratuitos para llegar a los distintos distritos, siendo el nuestro Shinjuku. Nada que ver con el país de donde veníamos, silencio en todas partes, infraestructuras de película de ciencia ficción con escalextrics imposibles en el centro de la ciudad, y finalmente, encontrar a gente que deja su negocio vacío para indicarte donde está tu hotel. No era la habitación que Antonio nos había prometido, otra cosa a apuntar a la lista, pero nos conformamos sin problema.
Beijing International Airport - Pekin |
Shinjuku - Tokyo |
DIA 31
Nunca había visto algo como Tokio en mi vida, a pesar de la lluvia y del día gris, daba gusto ver la actividad que teníamos a nuestro alrededor, y sobre todo la educación y el orden en todas partes.
Primero paramos en una pequeña galería de Shinjuku a mirar precios ordenadores, y luego nos zambullimos en el metro para intentar comprender como movernos.
A pesar de encontrarnos en una de las estaciones más transitadas del mundo, no tardó en aparecer una chica que nos explicó cual era la mejor opción que podíamos coger para movernos durante tres días por la ciudad.
La primera parada, el distrito tecnológico de Akihabara, donde estuvimos cerca de dos horas recorriendo centros comerciales, que ofrecían todo tipo de novedades del mundo de la fotografía y la informática.
La calle también albergaba Sex Shops de varias plantas, ofreciendo todo tipo de productos, con plantas exclusivas para hombres y para mujeres.
Almorzamos en un restaurante del mismo distrito y nos sorprendió que los precios no fueran especialmente caros, muy similares a los de cualquier país centro europeo.
De vuelta al metro, volvemos a Shinjuku, donde nos espera el edificio del ayuntamiento que nos pilla muy cerca de nuestro hotel.
A pesar de ser una ciudad muy cara, aunque no tanto como la esperábamos, algunas atracciones son gratuitas, como es el caso del mirador del ayuntamiento.
Las plantas 52 y 54 están abiertas al público, y desde allí vimos atardecer sobre una ciudad a la que no se le ve fin.
Nos forzamos a irnos, porque las vistas eran hipnóticas, y desde allí nos plantamos en la parada de Shibuya, donde se encuentra el cruce más famoso del mundo.
Jamas ví semejante cantidad de gente junta con tanto orden, nadie se tocaba y cruzaban en cinco direcciones distintas.
Allí también se encuentra la estatua de Hachiko, el famoso perro que acompañaba a su amo todos los días hasta la parada, y que un día este no regresó, y murió allí esperándolo.
El tema de la iluminación en los edificios tokiotas también es impresionante, a pesar de que debido al tsunami de Fukushima muchos de ellos se encontraban atenuados.
Tomamos un poco de Sushi en un local de la zona y luego cenamos en un Yoshinoda que se encontraba por ahí, que es una de las cadenas asiáticas más baratas.
Estuvimos tomando unas cervezas por la zona y finalmente regresamos al hotel asimilando todo lo que habíamos visto en un solo día.
Se nos había quitado el cansancio de golpe, y aun nos quedaban 2 días completos para disfrutar de la ciudad.
"Un viaje para recordar, cruzando medio mundo en tren, avión y autobús. Cuatro países, a los que habría que haberle dedicado 30 días individualmente para hacerse una ligera idea de como se vive allí. Situaciones limite, desde estar a punto de cancelar el viaje a romper documentos de manera accidental, todo un reto a la paciencia. Sin duda, una experiencia irrepetible en la que me volvería a embarcar con los ojos cerrados".
Metro - Tokyo |
Metro - Tokyo |
Akihabara District - Tokyo |
Akihabara District - Tokyo |
Akihabara District - Tokyo |
Metro - Tokyo |
Vistas desde Government Building - Tokyo |
Vista desde Government Building - Tokyo |
Vistas desde Government Building - Tokio |
Shibuya Crossing - Tokyo |
Shibuya Crossing - Tokyo |
Shibuya Crossing - Tokyo |
Restaurante de Sushi - Tokyo |
Shibuya District - Tokyo |
Sandia Cuadrada - Tokyo |
DIA 32
Comenzamos el segundo dia visitando los Jardines Imperiales, en el distrito de Chiyoda, tras un corto viaje en metro.
Son inmensos y divididos en distintas secciones, pegando a los Jardines se encuentra el castillo Edo, o Castillo Chiyoda.
De los que en realidad solo queda al estructura a tres niveles, rodeada por el Santuario de los 3 Palacios y el Foso que rodea todo el complejo.
Posteriormente volvimos al metro, en esta ocasión hasta Yoyogi, uno de los parques más famosos de Tokio.
Encontramos una exhibición de judo, pero no nos dejaron pasar pues era de un colegio. Seguimos hacia el sur y fuimos a parar al templo Meihi Shrine Honden.
En el interior se encuentran una serie de trozos de madera enganchados a hilos, donde la gente deja escritos sus deseos, según nos explicaron.
También encontramos las fuentes en las que es símbolo de respeto lavarse las manos y la boca con agua fresca antes de entrar.
Lo dejamos atrás y continuamos hacia el sur por el Parque Yoyogi, siguiendo las vías de la linea del metro paralela.
Hasta que llegamos a la estación de Harajuku, famosa por ser la puerta de entrada a la meca del Cosplay en Tokyo.
Y continuamos atravesando el barrio hasta Takeshita Dori, una de las calles más extravagantes de la ciudad, que contrasta con la cercana Omotesando, la Milla de Oro.
Todo tipo de tiendas inundan esta calle peatonal, desde restaurantes de todo tipo hasta boutiques que venden los modelos más extravagantes.
Cuando nos hartamos, volvimos al metro, y para cambiar de aires, pusimos rumbo al distrito de Ueno, al noreste.
Saliendo de la estación de Okachimachi fuimos a parar al mercadillo de Ameyoko, principalmente de comida, donde aprovechamos para degustar sushi fresco para almorzar.
Cuando nos quedamos llenos, ya que este si era más asequible, continuamos hasta el final de la calle, encontrando puestos de lo más variopinto.
Estuvimos buscando algún sitio donde comprar souvenirs, porque hasta ahora no habíamos dado con algo interesante que llevar de recuerdo, pero no hubo suerte.
Y dando un paseo desde allí, fuimos buscando el templo más antiguo de Tokyo, el Senso Ji, encontrando por casualidad por el camino una fiesta vecinal, en la que nos ofrecieron cerveza por 1€.
Llegamos al templo que se encontraba muy concurrido a esa hora de la tarde, y que recordaba haber visto en ocasiones anteriores en reportajes.
En esta ocasión, en lugar de las fuentes de agua fresca, el rito era la purificación a través del incienso, en una pequeña pira en la entrada.
Recorrimos el interior, en el que había diversas estatuas de samurais y distintas lamparas japonesas en altares.
Una vez terminamos, pensamos en volver andando hasta la zona de Tokyo Tower, en el distrito de Minato.
Pero nos dimos cuenta de que era demasiado lejos, por lo que nos acabamos subiendo al metro, parando en el puerto de Tokyo como parada más cercana.
Allí unas japonesas que iban a embarcar pidieron hacerse fotos con los occidentales de turno, por supuesto accedimos.
Antes de acceder a la zona de la torre, hicimos una pequeña parada en el templo budista Zojo-Ji, a los pies de la torre. Como curiosidad se encuentra lleno de figuras de piedra vestidas con distintas prendas.
El ruido que llegaba desde la torre era ensordecedor, y es que había una actuación para un restaurante, al que nos acercamos.
El parecido a la Torre Eiffel parisina es brutal, siendo esta un poco más alta e iluminada en naranja. Decidimos acercarnos al día siguiente con luz de día para poder ver el templo con más detalle.
Pero ya estaba bien de turismo por un día, por lo que fuimos caminando al distrito de Roppongi, dentro de Minato.
Que es conocido por sus bares y restaurantes, al igual de por sus tiendas abiertas 24 horas. También localizamos la Estatua Love, que habíamos encontrado en USA un año antes.
En uno de los pubs que visitamos, bastante elegante y caro, pedimos una botella de Sake artesanal, y posteriormente buscamos un sitio para cenar.
Localizamos un Yoshinoda para cenar algo más barato y luego buscamos un bar donde echamos una partida de dardos con una cerveza.
Por fin volvimos a casa, había sido un día agotador, pero había valido la pena exprimir el tiempo al máximo en una ciudad como esta.
Tras hacer las compras, no pudimos evitar quedarnos un rato más paseando por las calles, que estaban a rebosar de gente.
Y por supuesto, echar una cerveza en las docenas de bares que abarrotan las calles. Para la ocasión optamos por el Café Moco.
Volvimos al hotel a dejar nuestras cosas, y como ya estaba atardeciendo, optamos por visitar una de las zonas de la ciudad que nos quedaban por ver.
Se trataba de la isla artificial de Odaiba, unida a la capital por un puente colgante y a la que se accede a bordo de un tren.
En ella encontramos una de las dos playas de la ciudad de Tokyo, que a pesar de la hora que era, se encontraba llena de gente dando un paseo.
Aprovechamos para cenar en Aqua City, un centro comercial gigante que se encuentra en la isla repleto de tiendas de todo tipo.
Donde además encontramos la Toyota Experience, una recopilación de modelos de la marca antiguos y nuevos en perfecto estado.
Al igual que decenas de modelos míticos de muchas otras marcas, en esta ocasión de los años 70 y 80.
Cuando nos dimos por satisfechos, volvimos al centro, en esta ocasión, a nuestro distrito, donde habíamos encontrado una zona de bares el día anterior.
Resultó ser el Gonde Gai, una zona repleta de microbares que se encuentra en pleno distrito de Shinjuku. Lo único malo, que no pudimos disfrutarlo mucho, pues volábamos al día siguiente.
En el hotel, no pude evitar retratar otro de los aspectos que más me había llamado la atención en el país: El esmero que le ponen al diseño de los WC's.
Nos despedíamos de Tokyo, la ciudad que más me había impactado en todo el viaje, y a decir verdad, en mi vida.
Cogí el helicóptero desde Málaga a Ceuta, y para la hora de comer, estaba disfrutando de un buen plato de comida en familia.Jardines Imperiales - Tokyo |
Castillo Edo - Tokyo |
Castillo Edo - Tokyo |
Yoyogi Park - Tokio |
Meihi Shrine Honden - Tokyo |
Meihi Shrine Honden - Tokyo |
Meihi Shrine Honden - Tokyo |
Meihi Shrine Honden - Tokyo |
Cosplay - Harajuku - Tokyo |
Takeshita Dori - Tokyo |
Takeshita Dori - Tokyo |
Ameyoko Market - Tokyo |
Ameyoko Market - Tokyo |
Ameyoko Market - Tokyo |
Ameyoko Market - Tokyo |
Fiesta vecinal en Ueno - Tokyo |
Senso Ji - Tokyo |
Senso Ji - Tokyo |
Senso Ji - Tokyo |
Puerto de Tokyo |
Puerto de Tokyo |
Zojo Ji - Tokyo |
Tokyo Tower - Tokyo |
Actuación en Tokyo Tower - Tokyo |
Roppongi District - Tokyo |
Roppongi District - Tokyo |
LOVE - Tokyo |
Roppongi District - Tokyo |
Dardos - Tokyo |
DIA 33
Siguiendo la perfecta guía del turista, deberíamos habernos levantado a las 4 de la mañana para ir a la Lonja de Tsukiji, a presenciar la subasta de atunes.
Obviamente, eso no ocurrió. Así que tras desayunar en nuestro barrio, cogimos el metro hasta Higashiginza, en el distrito de Chuo, muy cerca de la lonja.
A pesar de ser poco más de las 8 de la mañana, ya había acabado el mercadeo dentro del edificio, pero la actividad fuera era tremenda.
Pescado de todo tipo, y el sushi más fresco que he probado nunca, a pesar de ser casi la hora de desayunar.
Al mismo tiempo, también existían varios puestos en los que se vendía material de pesca, así como cuchillos especiales para pescado.
Una vez finalizada la visita, dimos un paseo hasta la torre de Tokyo de nuevo. Una vez allí, pasamos al templo Zojo Ji.
Y pudimos ver con más detenimiento cada una de las pequeñas estatuas con prendas de colores que se encuentran en la entrada.
Contrastando con la modernidad de los edificios que lo rodean, y sobre todo con la gigantesca torre que le hace sombra.
Como curiosidad, el templo está dedicado a la deidad Jizó, protectora de los niños no nacidos, a los que representan las estatuillas.
Desde ahí fuimos a ver el edificio Sony, otra de las atracciones de la ciudad, y que ofrece una ruta para visitarlo al más puro estilo Ikea.
Cuando hicimos el recorrido, tras almorzar, volvimos a Akihabara, para hacer las últimas compras de tecnología que nos quedaban pendientes.
En esta ocasión, dejamos de lado los edificios que ofrecen grandes descuentos y nos sumergimos en el submundo de las calles perpendiculares, llenas de tiendas de segunda mano.
Acabamos picando con un disco duro cada uno, y yo además con un iPod para suplir el que me habían robado en Lisboa.
Lonja de Tsukiji - Tokyo |
Lonja de Tsukiji - Tokyo |
Lonja de Tsukiji - Tokyo |
Lonja de Tsukiji - Tokyo |
Lonja de Tsukiji - Tokyo |
Templo Zojo Ji - Tokyo |
Templo Zojo Ji - Tokyo |
Templo Zojo Ji & Tokyo Tower - Tokyo |
Templo Zojo Ji - Tokyo |
Sony Building - Tokyo |
Akihabara District - Tokyo |
Akihabara District - Tokyo |
Akihabara District - Tokyo |
Akihabara District - Tokyo |
Cafe Moco - Akihabara District - Tokyo |
Odaiba Island - Tokyo |
Odaiba Island - Tokyo |
Odaiba Island - Tokyo |
Toyota Experience - Tokyo |
Toyota Experience - Tokyo |
Toyota Experience - Tokyo |
Golden Gai - Tokyo |
Higiene Japonesa - Tokyo |
En el hotel, no pude evitar retratar otro de los aspectos que más me había llamado la atención en el país: El esmero que le ponen al diseño de los WC's.
Subway - Tokyo |
DIA 34
Poco que contar de este día, además de que tuvimos que hacer una escala en Helsinki después de casi 12 horas de vuelo.
Cuando llegamos a Malaga, teníamos el hotel reservado, pero antes, nos hinchamos a pescado frito, y nos tomamos un par de copas enfrente del Centro Comercial Larios, para celebrar que habíamos llegado al final de la aventura.
Tokyo - Helsinki - Malaga |
DIA 35
"Un viaje para recordar, cruzando medio mundo en tren, avión y autobús. Cuatro países, a los que habría que haberle dedicado 30 días individualmente para hacerse una ligera idea de como se vive allí. Situaciones limite, desde estar a punto de cancelar el viaje a romper documentos de manera accidental, todo un reto a la paciencia. Sin duda, una experiencia irrepetible en la que me volvería a embarcar con los ojos cerrados".
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