De Colombo a Tokio (Parte 1)

Fecha: Del Martes 1 de Agosto al Martes 29 de Agosto de 2023 (29 DIAS)
- Paises: Sri Lanka, Japón y Malasia.
- Ciudades Visitadas: Colombo, Sigiriya, Nuwara Eliya, Ella, Udawalawa, Mirissa, Galle, Tokio, Osaka, Hiroshima, Miyajima, Kioto, Nara, Arashiyama, Takayama, Shirakawago y Kuala Lumpur.
- Medio de Transporte: Avión, Autobús, Tuk-Tuk, Barca, Bicicleta, Metro, Tren, Taxi y Coche (BMW 318d y Toyota Allion)
Acompañantes: Antonio, Palma, Magdalena, Manolo, Octavio, Mónica y Antonio O.                     
- Sonaba en la radio: Baby HelloEl Merengue & Clavaito.
- Presupuesto aproximado: 4000€

Mapa de la Ruta

Habíamos comenzado a ver posibilidades para el viaje de verano desde noviembre de 2022, y aunque no teníamos muy claro cual iba a ser el itinerario, si que apuntaba a que era hora de regresar por Asia. El problema principal era que tras la pandemia, los vuelos intercontinentales se habían disparado, y se nos complicaba mucho encontrar una buena oferta para regresar a Japón y explorarlo con más tranquilidad que la primera vez.

Los Viajeros
De pura casualidad, encontré una oferta de Saudia que nos llevaría a Kuala Lumpur ida y vuelta por apenas 600€. Ya que estábamos allí, habría que aprovechar el viaje y visitar algún pais más exótico que quedara por tachar de la lista. Tirando de Air Asia, la compañía equivalente a Ryan Air en ese lado del mundo, conseguimos localizar vuelos a Colombo y Tokyo desde la capital de Malasia a unos precios de risa, por lo que ya teníamos montado el itinerario.

Y aunque Sri Lanka no es uno de los destinos más populares, no ocurre lo mismo con Japón, que es el sueño de mucha gente. Por ello, no hubo que insistir mucho para que Antonio, Magda, Manolo, Octavio y Mónica se sumaran en la segunda mitad de viaje, que iba a consistir en recorrer parte de la isla en tren gracias al JRPass, un bono que nos permitiría hacer uso de los trenes durante 15 días. Ellos se nos sumarían desde Málaga directamente, por lo que nos encontraríamos en Tokyo a mitad de nuestro viaje.

DIA 1

De nuevo, nos tocaba salir desde Madrid, pero por suerte nuestro vuelo despegaba a las 16:30, por lo que podríamos ahorrarnos la noche de hotel.

From Motril to Madrid - A4
Salimos temprano, y aprovechamos para parar a desayunar y tomarnos una buena tostada de paté de perdiz con Miguel en La Carolina.

Breakfast - La Carolina
A las 12:45 estábamos aparcando el coche en la planta de salidas de la Terminal 4, donde un empleado de VIP Parking recogió mi coche.

Terminal 4 - Madrid
Y tras descubrir que nos habíamos equivocado, pues despegábamos de la terminal 1, cogimos el bus, y pasamos el control de pasaportes.

Lunch - Madrid
Almorzamos unas buenas hamburguesas, pues no sabíamos como nos iba a tratar Saudia Airlines en cuanto a comida, y nos pusimos en la cola de embarque.

Boarding - Madrid
Pero durante el vuelo de poco más de 5 horas hasta el aeropuerto de Jeddah, en Arabia Saudí, nos dieron de comer hasta tres veces. 

Lunch - Saudia
Eran poco más de las 12 de la noche hora local cuando estábamos aterrizando en el moderno aeropuerto, que no tenía WIFI, ni puntos de carga para los móviles.

International Airport - Jeddah
Y nos dispusimos a esperar a que abrieran la puerta de embarque para nuestro siguiente vuelo a Kuala Lumpur.

DIA 2

A eso de las 2 de la mañana estábamos embarcando en un avión parecido, aunque un poco más grande, camino a Malasia.

Night Flight - Saudia
Por supuesto, nada más despegar, aunque estábamos llenos, nos dieron una pizza y un muffin. El resto de la noche lo pasé durmiendo de forma intermitente hasta casi las 7 de la mañana.

Breakfast - Saudia
Cuando nos pusieron por delante un desayuno de lo más rico, tras el que aterrizamos en Kuala Lumpur, siendo la hora local las 16:30.

Terminal 2 - Kuala Lumpur
Allí solo tuvimos que cambiar de terminal en un bus gratuito, pues todos los vuelos de Air Asia, compañía que usaríamos a partir de entonces hasta el final del viaje, salían de allí.

Din Tai Fung - Kuala Lumpur
Habían convertido esa terminal en una especie de centro comercial, y aprovechamos para degustar algo de comida malaya en Din Tai Fung.

Din Tai Fung - Kuala Lumpur
Para las 21:00, estábamos embarcando en nuestro vuelo a Colombo, donde no nos pusieron pegas al equipaje, ya que habíamos decidido llevar mochilas de 30 litros para este viaje.

International Airport - Colombo
A la llegada, como habíamos hecho la visa y la tarjeta de llegada online, no nos pusieron mayor problema en el control de pasaportes.

Toyota Allion - Colombo
Sacamos dinero, compramos las tarjetas SIM en Dialog, y nos encontramos con Raafi, el conductor que estaría con nosotros los 10 días siguientes.

Traffic - Colombo
Lo habíamos contactado por Trip Advisor, y tras hablar por Whatsapp, habíamos acordado un itinerario por 500€ que incluía recogida del aeropuerto.

Greenscape - Colombo
Nos llevó en su Toyota Allion por Colombo, que estaba sorprendentemente tranquilo a las 23:30, hasta el Hotel Greenscape Colombo, donde por fin pudimos dormir toda la noche del tirón tras 36 horas de viaje.

DIA 3

A las 9 estábamos en pie con las pilas cargadas para empezar a recorrer la capital de Sri Lanka, aunque Raafi nos había dicho que no esperásemos gran cosa.

Greenscape - Colombo
Quería recogernos a eso de las 8:30, pero le pedimos que nos dejara descansar un rato más, a lo cual accedió sin mayor problema.

Greenscape - Colombo
Así que tras preguntarle al dueño de Greenscape, nos dirigimos a Java Café, una imitación de Starbucks donde desayunamos a precios europeos.

Java Café - Colombo
Y para las 10:15 estábamos montados en el Toyota sorteando el tráfico matutino de Colombo para llegar a nuestro primer destino.

Gangaramaya Temple - Colombo
Lo dejamos en manos de Raafi, que convino dejarnos en el Templo Gangaramaya, que también hace las veces de escuela.

Gangaramaya Temple - Colombo
El templo, que es relativamente moderno, es una mezcla de arquitectura Thai, India, China y de Sri Lanka, como se puede ver en sus distintos edificios.

Gangaramaya Temple - Colombo
Acoge una higuera sagrada, que se encuentra situada en el centro del patio central, y sus ramas son la razón por la cual han ido modificando el reto de edificios que forman el complejo.

Gangaramaya Temple - Colombo
Apenas nos costó un Euro la entrada, y tras salir, rodeamos el moderno centro comercial Courtyard y nos dirigimos hacia el Lago Beira, donde se encuentra otra parte del conjunto.

Courtyard Shopping Centre - Colombo
Se trata del Gangarama Seema Malakaya, un pequeño templo budista que se encuentra construido sobre las aguas del lago.

Gangarama Seema Malakaya - Colombo
El precio se encuentra incluido en el mismo ticket que su homónimo, por lo que basta con entregarlo para que te dejen pasar.

Raven - Colombo
Y para variar, los budas se encuentran coronados por cuervos, el ánimal que llevábamos encontrándonos toda la mañana en Colombo.

Gangarama Seema Malakaya - Colombo
Para volver a nuestro coche, decidimos atravesar el lujoso Centro Comercial Courtyard para abastecernos con agua, porque a pesar de que la temperatura nos estaba respetando, la humedad era considerable.
 
 Courtyard Shopping Centre - Colombo
De vuelta en el Toyota, pasando entre los gigantescos autobuses Lanka Leyland, nos dirigimos hacia la costa.

Lanka Leyland Bus - Colombo
Allí encontramos uno de los mayores atractivos de la ciudad, la Playa de Galle Face, o eso nos parecía desde el coche.

Galle Face - Colombo
Pero cuando atravesamos la amplia extensión de cesped artificial, nos encontramos con que, más que playa, era un espigón.

Galle Face - Colombo
Aunque aun así, y a pesar del fuerte oleaje, había parejas que se arriesgaban a darse un chapuzón haciendo equilibrio sobre las rocas.

Galle Face - Colombo
Se supone que ahora mismo están de obras en Galle Face, que no solo le da nombre a la playa, si no a todo el paseo.

Galle Face - Colombo
En el se concentran hoteles de lujo, centros comerciales, y sobre todo, gente de lo más variopinta, incluyendo monjes, mujeres con burka y familias con niños bañándose completamente vestidos.

Galle Face - Colombo
Raafi nos esperaba aparcado en el paseo marítimo, y nos llevó a la que había propuesto como la siguiente parada del día.

Lotus Tower - Colombo
La Lotus Tower es una de las torres más altas del sudeste asiático con 350 metros, y lo saben explotar bien, pues nos cobraron 20€ por subir.

Lotus Tower - Colombo
Es cierto que ver la ciudad desde su mirador es todo un espectáculo, y consigue que te hagas una idea de la caótica distribución de la ciudad.

Lotus Tower - Colombo
Pero el proyecto se encuentra aun en pañales, pues abrió a mitad de 2019, y la mayoría de los locales se encuentran vacios, lo que le da un toque bastante desangelado si obviamos el mirador.

Lotus Tower - Colombo
En principio habíamos pensado almorzar allí, pero descubrimos la ausencia total de restaurante, por lo que tuvimos que tirar de chófer.

Galle Face Shopping Centre - Colombo
Y acabar de nuevo en Galle Face, pero en esta ocasión, en el centro comercial con el mismo nombre, donde encontramos un food court.

Food Court - Colombo
Y a pesar de estar en Sri Lanka, uno comió comida Malaya, el otro Indonesa y el otro Libanesa, ya que la temática del lugar era Asia, y todo tenía una pinta espectacular.

Food Court - Colombo
Cuando terminamos de almorzar, recorrimos un par de kilómetros por la costa hasta que Raafi dijo que no se podía pasar, pues había un desfile hindú y la calle estaba cortada.

Pettah - Colombo
Nos encontrábamos en pleno barrio de Pettah, quizá lo que puede considerarse la zona más castiza de la ciudad, incluyendo templos hindús, mezquitas, y tiendas de todo tipo.

Pettah - Colombo
Y sin duda, si algo se parecía a la India desde que habíamos llegado, era esto, con sus puestos de comida callejeros, sus tuc-tuc a todo trapo y el bullicio del bazar.

Pettah - Colombo
Nuestro objetivo era visitar la Mezquita Roja, por lo que nos dirigimos directamente a la entrada principal del edificio.

Pero nos encontramos con que la puerta 3, la dedicada a los turistas, se encontraba cerrada por ser horario de rezo.

Pettah - Colombo
Nos animaron a que nos acercáramos a eso de las 16:30, por lo que aprovechamos para recorrer las calles del barrio, de lo más pintorescas.

Pettah - Colombo
Finalmente, dimos con el festival hindú con su carroza, que tenía bloqueada toda la calle principal, y lo seguimos durante un tramo.

Pettah - Colombo
Pero finalmente, tras volver a ser rechazados porque el aforo estaba completo, conseguimos entrar en la Mezquita para las 17:15.

Jami Ul-Alfar Mosque - Colombo
Curiosamente, la entrada al templo es gratuita, y Mohammed, el chico que se encargaba de abrir la puerta, nos guió por el templo.

Jami Ul-Alfar Mosque - Colombo
Se construyó como respuesta a las peticiones de los empresarios que pasaban por Colombo y no tenían un lugar donde ir a rezar.

Jami Ul-Alfar Mosque - Colombo
Por lo que se amplió hasta tener seis plantas, siendo distintos los colores de la extensión que de la zona original.

Jami Ul-Alfar Mosque - Colombo
Como dato curisos, nos contó que su nombre se debe al color de la granada, rojo y blanco, ya que, según el Corán, es la fruta del paraiso.
 
Jami Ul-Alfar Mosque - Colombo
La visita, en la que nos hicieron ponernos túnicas, duró casi 20 minutos, y tras darle una pequeña propina, recorrimos el camino hasta salir de Pettah.

Pettah - Colombo
Como última parada, le pedimos al conductor que nos llevara frente al edificio del ayuntamiento, que recordaba en cierto modo al Capitóleo de Washington.

Town Hall - Colombo
Cuando llegamos allí, vimos que no tenía mucho que ver, a pesar de lo que decían los Blogs, y nos pareció más llamativo el Parque Vihara Maha Devi, situado justo enfrente.

Vihara Maha Devi Park - Colombo
Con eso, dimos por finalizada la visita a la ciudad, que no nos había decepcionado para nada, y quedamos en que nos recogerían a las 7:30 a la mañana siguiente.

Giovannis - Colombo
Tras una parada técnica, de nuevo siguiendo las indicaciones del dueño del hotel, nos fuimos a cenar a un restaurante de la zona.

Giovannis - Colombo
En este caso, elegimos el Giovannis Pizza, un restaurante italiano donde servían pizza a la piedra, y por fin pudimos probar la cerveza local: Lion.

Giovannis - Colombo
Nos estábamos dando cuenta de que los precios en Sri Lanka, al menos en Colombo, poco tenían que ver con la India, pues la cena nos costó 15€ a cada uno, precios bastante europeos.

Thimbirigasyaya Road - Colombo
De todas maneras, nos importó poco, porque habíamos cenado de lujo, y sobre todo, nos habíamos llevado una grata sorpresa de la ciudad en nuestro primer día en Sri Lanka.

DIA 4

El despertador sonó a las 7:30, pues a las 8:00 Raafi nos recogería para dirigirnos a nuestra segunda parada del itinerario.

Toyota Allion - Colombo
Había insistido en que salieramos temprano, porque pese a que solo nos separaban 180 kilómetros de Sigiriya, el trayecto iba a durar unas 4 horas.

From Colombo to Sigiriya - Sri Lanka
Por suerte paramos a desayunar en Sasha, un food court que encontramos en el camino, y nos contó que a día de hoy existe una restricción de 40 litros de combustible por persona por vehículo que se desbloquea con un QR asociado a la matrícula.

Sasha - Sri Lanka
Después nos metimos en una carretera convencional, en la que el tráfico se puso más peliagudo por el exceso de tuc-tuc y los autobuses privados, que eran un peligro.

From Colombo to Sigiriya - Sri Lanka
Una vez en Lyas Restaurant House, nuestro hostal, nos recibieron con un jugo de mango y nos enseñaron nuestras habitaciones.

Liya Rest Hotel - Sigiriya
Y sin más tiempo que perder, nos dirigimos a la primera actividad del día, que consistía en un tour por la cultura de Sri Lanka.

Village Tour - Sigiriya
La primera de la actividades consistió en montar en un carro tirado por un toro a través de caminos rurales.

Village Tour - Sigiriya
Posteriormente, desembocamos en el Lago Egodawewa, situado entre arrozales y plantas de aguacate y lleno de hojas de loto.

Village Tour - Sigiriya
Allí un señor local nos llevó en una de las canoas típicas del lugar a dar una vuelta remando por todo el perímetro del lago.

Village Tour - Sigiriya
También se entretuvo en hacernos unos gorros para el sol de justicia que estaba cayendo con algunas de las hojas más grandes.

Village Tour - Sigiriya
Cuando terminó la navegación, le dimos una pequeña propina, y un chico nos guió por la acequia hasta la siguiente parada.

Village Tour - Sigiriya
En una cabaña, mientras terminaban de atender a la familia que había llegado antes que nosotros, dos chicas nos iban a enseñar tradiciones culinarias.

Village Tour - Sigiriya
Tras enseñarnos a tocar un tambor, nos invitaron a moler arroz, a partir y rayar cocos, para preparar una pasta dulce, y a freir los postres típicos.

Village Tour - Sigiriya
Acto seguido, nos prepararon una degustación de varios platos de la cocina de Sri Lanka que estaban para chuparse los dedos.

Village Tour - Sigiriya
Y es que casi nos obligaron a comer con las manos, como era tradición, ya que así sabría mejor la calabaza, el arroz, las judías y los distintos platos que nos fueron sacando.

Village Tour - Sigiriya
Para finalizar, mientras sacaban el postre, otra de las chicas se puso a tejer con hojas de palmera para mostrarnos como se hacía el techo de la cabaña.

Village Tour - Sigiriya
Para terminar el pequeño tour, nos vino a recoger un tuc-tuc, que también es uno de los símbolos del pais, aunque algo más moderno.

Village Tour - Sigiriya
El conductor se enrolló y me dejó conducir un tramo, lo cual fue toda una experiencia. Habíamos amortizado bien los 30€ que nos había costado.

Village Tour - Sigiriya
De nuevo con nuestro chofer, no teníamos tiempo que perder, y nos dirigimos hasta el pueblo vecino de Habarana.

From Sigiriya to Habarana - Sri Lanka
Ahí nos esperaba un Jeep, en el que nos montamos tras pagar 70€ para visitar el Parque Nacional Minneriya.

Jeep - Habarana
Aunque aun nos quedaba casi media hora de carretera al sol, ya que al ser un coche preparado para el safari no tenía techo. 

Safari - Minneriya National Park
Una vez llegamos a la entrada del parque, un señor que decía ser guía se subió con nosotros para darnos algunas explicaciones.

Safari - Minneriya National Park
Al principio, no teníamos mucha esperanza de ver animales, pues además de un par de monos, no nos cruzamos con atisbo de vida alguno.

Safari - Minneriya National Park
Pero cuando llegamos a un páramo, con el Lago Kaudulla en su mitad, pudimos ver decenas de elefantes, que si bien no estaban cerca nuestra, no distaban más de 100 metros en algunas ocasiones.

Safari - Minneriya National Park
Fue todo un espectáculo poder ver unos animales tan grandes tan de cerca, y a pesar del chorreo de jeeps y las explicaciones inconexas de nuestro guía forzado, la experiencia no se empañó ni un ápice.

Safari - Minneriya National Park
A la vuelta, tras discutir brevemente con el guía porque pedía propina tras no haber hecho nada, también pudimos ver algunos monos de cara roja.

Safari - Minneriya National Park
Y finalmente, estábamos fuera del parque a una hora razonable de camino a Habarana, donde Raafi nos esperaba con su coche.

From Minneriya National Park to  Habarana - Sri Lanka
De vuelta a Sigiriya, vimos que había carriles de la carretera ocupados por arroz tendido sobre el asfalto, y es que los que lo cultivan tienen permiso para usar uno de los carriles para secarlo más rápido.

Rice on the road - Sigiriya
Para cuando llegamos de vuelta a nuestro hotel ya era casi de noche, por lo que nos despedimos hasta el día siguiente y pasamos por las habitaciones para darnos un refrescón.

Liya Rest - Sigiriya
No quisimos complicarnos mucho la vida, y aprovechando que nuestro hotel tenía restaurante, nos quedamos a cenar allí.

Liya Rest - Sigiriya
Por fin pudimos degustar unas cervezas bien frias, y pedimos varios platos, entre ellos el "roti", un pan hindú con el que comerse el pollo al curry.

Liya Rest - Sigiriya
De nuevo, nos habíamos pasado cenando, así que decidimos salir a la carretera principal para ver si había algún lugar abierto donde tomarse algo.

Main Road - Sigiriya
Pero más allá de dos restaurantes que ya estaban cerrando, no había nada que hacer además de sufrir un atropello, pues no había ni una sola farola, por lo que decidimos dar el día por finalizado.

DIA 5

Nos tocaba madrugón, era hora de hacer algo de deporte y no podíamos demorarnos mucho, pues se esperaba un día de mucho calor.

Liya Rest - Sigiriya
A las 6:45 sonó el despertador, y para las 7 estábamos desayunando lo que no había preparado el dueño del hotel.
 
Sigiriya Access Road - Sigiriya
Raafi llegó puntual, y para las 8:00 estábamos en camino a Sigiriya, que era la antigua ciudad que le daba nombre a la zona en la que nos encontrábamos.

Lion Rock - Sigiriya
Nos dejó en el parking, y por supuesto, acceder a la Roca del León nos costó un ojo de la cara, nada menos que 30€, precio para extranjeros.

Lion Rock - Sigiriya
Comenzamos atravesando los distintos jardines, comenzando por el del agua, el de piedra, y finalmente el de la fuente.

Lion Rock - Sigiriya
La leyenda cuenta que en el siglo V, el Rey Kashyapa, tras matar a su padre, construyo su castillo sobre La Roca del León, de 370 metros, con la idea de huir de futuros ataques.

Lion Rock - Sigiriya
Le había usurpado el trono a su hermano Mogallana, que huyó a la India para formar un ejercito y vengarse.

Lion Rock - Sigiriya
Regresó, y durante la batalla, todo el ejercito de Kashyapa le abandonó, y este se acabó suicidando cayendo sobre su propia espada.

Lion Rock - Sigiriya
Con la historia en mente, comenzamos a subir las empinadas escaleras que, a través de diferentes tramos, van llevando a las ruinas del castillo.

Lion Rock - Sigiriya
Sin embargo, más que las ruinas, lo imponente es la visión de 360 grados de toda la selva que rodea el peñón.

Lion Rock - Sigiriya
Aunque también se pueden apreciar claramente las distintas secciones en las que se encontraba dividido el castillo originalmente.

Lion Rock - Sigiriya
Es un ascenso bastante asequible si se toma con calma, pero es indispensable echar agua y una gorra, porque el sol es criminal.

Lion Rock - Sigiriya
A pesar de los distintos mitos que hablan de como llegó la roca hasta allí, no es más que un antiguo volcán ya extinto.

Lion Rock - Sigiriya
Para las 9:30 decidimos bajar, y nos dimos cuenta del acierto de haber madrugado, pues para esa hora el atasco de turistas era monumental.

Lion Rock - Sigiriya
Y que los monos se dedicaran a posar tranquilamente en distintos puntos del ascenso tampoco ayudaba mucho a que la cola fluyera.

Monkey - Sigiriya
Para la bajada, también pasamos por la Pared Espejo, un muro que nos llevó a través de una escalera de caracol a unos frescos que se conservaban muy bien, pero que no se podía fotografiar.

Mirror Wall - Sigiriya
Y para terminar, atravesamos distintas secciones del antiguo monasterio en el que se convirtió el complejo tras ser abandonado por el rey.

Asana Cave - Sigiriya
Posteriormente, fue abandonado en el siglo XV y no fue hasta el año 1908 que fue descubierto por el explorador John Still.

Cobra Hood Cave - Sigiriya
A la salida, también pasamos bajo la Roca Cobra, que, efectivamente se asemejaba a dicha serpiente en posición de ataque.

Pidurangala - Sigiriya
A pesar del precio, la visita había valido la pena, y siguiendo los consejos de nuestro chofer, nos dirigimos a otro mirador.

Pidurangala - Sigiriya
En este caso, subir nos costaría mucho más barato, pues no llegó a los 3€ que tuvimos que pagar en el Templo Budista Pidurangala.

Pidurangala - Sigiriya
Tuvimos que descalzarnos y quitarnos la gorra para atravesar la primera sección de la ruta, pues atravesaba el mismo templo.

Pidurangala - Sigiriya
Pero tras 5 minutos, pudimos volver a calzarnos y comenzar el ascenso por unas escaleras de piedra mucho más llamativas que las de Sigiriya.

Pidurangala - Sigiriya
Tras unos 10 minutos de subida en los que ya comenzaba a apretar el calor de verdad, pasamos junto a una estatua de buda tumbado.
Pidurangala - Sigiriya
Y finalmente, subiendo un último tramo que estaba bastante más escarpado que el resto, coronamos la roca con vistas impresionantes de Sigiriya.

Pidurangala - Sigiriya
Quitando la parte arquitectónica que solo se puede ver si se sube a Sigiriya, este ascenso es mucho más recomendable y barato si lo que se quiere es simplemente disfrutar de las vistas.

Pidurangala - Sigiriya
Descendimos con cuidado, pues cada escalón tenía una medida distinta, y Raafi nos dejó en el hotel hasta la tarde.

Tuc Tuc - Sigiriya
Tras una ducha, hicimos una bolsa de ropa sucia y, siguiendo las indicaciones del dueño de Liya's House, cogí un tuc-tuc para acercarme a la lavandería.

Dammi Laundry - Sigiriya
Las tendrían listas a la mañana siguiente, así que nos tomamos unas cervezas y pedimos unos platos de arroz en el mismo hotel para almorzar.

Liya's Rest - Sigiriya
Luego, nos retiramos a las habitaciones para echar una buena siesta, y para las 5 teníamos a Raafi esperándonos en la puerta.

Toyota Allion - Sigiriya
Habíamos decidido, para celebrar mi 40 cumpleaños, probar uno de los spas mas recomendados de la zona para relajarnos.

Isiwara Paura - Sigiriya
Nos dirigimos a Isiwara Paura, donde habíamos reservado un masaje Ayurveda, una técnica de medicina tradicional india.

Isiwara Paura - Sigiriya
Nos recibieron con un té koththamalli, hecho de cúrcuma, gengibre y cilantro, y luego nos pasaron a la sala de masaje.

Isiwara Paura - Sigiriya
Aunque nos costó 30€ a cada uno, precio un poco alto según nos dijeron después, la experiencia había merecido la pena, pues fueron 60 minutos de masaje continuo.

Main Road - Sigiriya
De nuevo en el hotel, pasamos por la habitación a dejar las cosas, y salimos a buscar un lugar alternativo donde cenar.

The Tea House - Sigiriya
Nos decantamos por el Tea Bar Restaurant, donde, mientras llovía, pedimos unos roti de queso y huevo para tomar algo más ligero.

The Tea House - Sigiriya
Aunque, inevitablemente, acabaron cayendo unos postres, y probamos el Wattalapan, una especie de pudding, y el Curd, una cuajada de leche de bufala con miel.

Kiosk - Sigiriya
Y a pesar de ser sábado noche, no había nada con pinta de tener marcha, por lo que decidimos irnos a descansar, pues al día siguiente volveríamos a viajar.

DIA 6

No tuvimos que madrugar en exceso, aunque ya nos habíamos acostumbrado a despertarnos temprano, y sin persianas, antes de las 7 estábamos despiertos.

Liya Rest - Sigiriya
Volvimos a desayunar en nuestro hotel mientras haciamos cuentas con el dueño, y liquidamos nuestra deuda de las noches con almuerzos, cenas y desayunos.

From Sigiriya to Kandy - Sri Lanka
A la hora acordada, Raafi vino a buscarnos y pasamos a recoger la ropa de la lavandería que ya estaba lista, todo por menos de 3€ cada uno.

Rock Temple - Dambulla
Y comenzamos nuestra ruta hacia el sur, haciendo la primera parada a las afueras de la localidad de Dambulla.

Rock Temple - Dambulla
Según nuestro guía, el único templo que merecía la pena era el Templo de la Roca, situado en lo alto de una montaña.

Rock Temple - Dambulla
Pagamos los 6€ de entrada y comenzamos subir las escaleras llenas de monos hasta el lugar donde dejamos los zapatos.

Rock Temple - Dambulla
El Templo de la Roca tiene cinco estancias donde se encuentran representadas en pintura y con estatuas la vida de Buda.

Rock Temple - Dambulla
Aunque el templo no se limita solamente al budismo, pues ya en la prehistoria se usaba como cementerio, pues hay documentados varios esqueletos humanos del 700 a.c.

Rock Temple - Dambulla
Por suerte, llegamos a una hora temprana, pues para cuando estábamos acabando la visita, apenas se podía pasar a las cuevas más pequeñas.

Rock Temple - Dambulla
Cabe destacar que es uno de los templos más grandes y mejor conservados de Sri Lanka, lo cual no pasa desapercibido para ningún organizador de tours para extranjeros.

Rock Temple - Dambulla
De vuelta en el coche, Raafi nos sugirió pasar por un templo relativamente desconocido que pillaba de camino.

From Sigiriya to Kandy - Sri Lanka
Se trata del Nalanda Gedige, un templo situado exactamente en el centro geográfico de la isla, junto al Lago Bowatenna.
 
Nalanda Gelige - Matale
Suele pasar desapercibido para la mayoría de los tours, pero es un templo que tuvo gran importancia hace 1000 años.

Nalanda Gelige - Matale
En un proceso de agitación entre Hindús que se establecían tras la caida del la monarquía sinalesa, por ello el templo es un híbrido entre arquitectura budista e hindú.

Nalanda Gelige - Matale
Volvimos al coche, y la siguiente parada ya no nos hizo tanta gracia, puesto que se trataba de un jardín de especias, concretamente Ranweli Spice Garden, en Matale.

Ranweli Spice Garden - Matale
No dejaba de ser el típico sitio exclusivo para que los turistas compren, y nuestro guía, al ver que, aunque nos hablaba en español, no poníamos mucho interes, nos acabó despidiendo antes de tiempo.

Ranweli Spice Garden - Matale
Se nos estaba haciendo la mañana bastante corta con tanta parada, y entre el tráfico loco generado por los autobuses Ashok Leyland y los tuc-tuc, la conducción se hacía bastante estresante.

From Sirigiya to Kandy - Sri Lanka
Pronto llegamos a Kudugala, una pedanía de Kandy que se encontraba a 8 kilómetros, y que según nos contó Raafi, estaba habitada exclusivamente por musulmanes que negociaban con Japón.

Kudugala - Sri Lanka
Y, aunque quería quedarse con nosotros, decidimos animarle a que se tomara el mediodia libre con su familia, ya que eran de Kandy.

Temple St. - Kandy
Accedió a dejarnos en el Pizza Hut, donde nos dimos un homenaje, y en recogernos más adelante después de haber visitado algunos lugares de Kandy.

Pizza Hut - Kandy
Tras el almuerzo, nos dirigimos al Templo Sri Darada Maligawa, o como es comúnmente conocido, el Templo del Diente de Buda.

Sri Darada Maligawa - Kandy
De nuevo pagamos 6€, y nos descalzamos, evitando a los guías que se ofrecían para llevarnos por el interior, y nos dirigimos a la nave central.

Sri Darada Maligawa - Kandy
Se trata de un complejo bastante completo que contiene el altar donde, supuestamente, se encuentra el diente de Buda.

Sri Darada Maligawa - Kandy
Sin embargo, este no puede ser mostrado al público, pues, según la leyenda, traería inundaciones devastadoras.

Sri Darada Maligawa - Kandy
Más allá de la leyenda, es lugar de peregrinación para seguidores del budismo, y por ello, en el año 1998 fue objetivo de un camión bomba por parte de los Tigres Negros.

Sri Darada Maligawa - Kandy
El templo quedo semi destruido, pero milagrosamente el altar donde se encuentra el diente quedó intacto, y todo se reconstruyo con mayores medidas de seguridad.

Sri Darada Maligawa - Kandy
También es posible ver a los elefantes, pero por desgracia, para la hora que llegamos ya no estaban disponibles, aunque amablemente nos ofrecieron volver al día siguiente de forma gratuita con la misma entrada.

Sri Darada Maligawa - Kandy
Estaba siendo un día de lo más espiritual, aunque en ningún momento caimos en la tentación de comprar las flores que ofrecen en todas partes para ofrecerlas a Buda en los templos.

Flowers - Kandy
Para terminar, rodeamos el Lago Kandy, una de las mayores atracciones de la ciudad, que se encuentra rodeado de bancos y gente paseando.

Kandy Lake - Kandy
Al otro lado, desembocamos en el Hotel Queens, situado en pleno centro, y con un aire colonial muy decadente.

Queens Hotel - Kandy
Aprovechamos que nos quedaba media hora para tomarnos una cerveza frente a la piscina en la que hace 160 años era la residencia del gobernador.

Queens Hotel - Kandy
Y a las 4 en punto, teníamos nuestro Toyota esperando en la puerta para ir a ver la ciudad desde las alturas desde uno de sus miradores.

Viewpoint - Kandy
El siguiente plan que Raafi nos tenía preparado era llevarnos a un baile popular que se hace diariamente para los turistas.

Traditional Dance - Kandy
Pagamos los 4€ de entrada y nos sentamos para ver un baile que tenía 10 actos, siendo el último un camino sobre el fuego de lo más espectacular.

Traditional Dance - Kandy
Y si bien no fue mi actividad favorita, había que admitir que las danzas y la percusión resultaron, cuanto menos, auténticas.

Lewella Road - Kandy
Para terminar su trabajo, nuestro conductor llamó a los dueños de la casa que habíamos alquilado en Lewella Road y nos dejó en la puerta.

Lewella Road - Kandy
Lo primero que hicimos tras acomodarnos fue acercarnos andando a un Cargills, la cadena de supermercados nacional, para hacer acopio del desayuno de la mañana siguiente.

Cargills - Kandy
Y luego, tras desistir en encontrar un tuk-tuk disponible, nos dirigimos al centro en un paseo de unos 20 minutos para buscar donde cenar.

Lewella Road - Kandy
También siguiendo instrucciones de nuestro guía, dimos con Slightly Chilled, una terraza con vistas y un menú de lo más variado.

Slightly Chilled - Kandy
Y aunque el ambiente era de lo más guiri, no dudamos en disfrutar de una buena hamburguesa de ternera, ya que, tras varios días, por fin habíamos dado con un plato con algo carne que no fuera pollo.

Slightly Chilled - Kandy
Los postres tampoco se quedaron cortos, y probamos la especialidad del chef, con banana, helado y sirope de naranja.

Slightly Chilled - Kandy
A la vuelta fue todo lo contrario, nos apetecía andar para bajar semejante cena y ahora eran los conductores de tuk-tuk los que nos asediaban.

Tuk-Tuk - Kandy
Finalmente llegamos a casa bastante cansados, y es que ya se iba notando que no habíamos parado desde nuestra llegada a la isla. 

DIA 7

Por primera vez en todo el viaje había tenido mosquitos en la habitación, lo que hizo que me despertara un par de veces.

Breakfast - Kandy
Por suerte, no teníamos que madrugar mucho, así que mientras esperábamos a los dueños de la casa para pagarles nos preparamos el desayuno con lo que habíamos comprado la noche anterior.

From Kandy to Nuwara Eliya - Sri Lanka
Como siempre, a la hora acordada Raafi estaba en la puerta, y aprovechamos que necesitaba sacar dinero en Commercial Bank para hacer nosotros lo propio.

Commercial Bank - Kandy
El camino hacia Nuwara Eliya prometía, pues consistía en una carretera nacional sinuosa que cada vez iba cogiendo más altura.

From Kandy to Nuwara Eliya - Sri Lanka
Ver adelantar a los autobuses privados blancos en plena cuesta era digno de ver, con auténticos conductores suicidas al volante.

Viewpoint - Udapalatha
Aprovechamos que estábamos en uno de los puntos con mejores vistas, a la altura de Udapalatha, para hacer una parada al borde de la carretera.

Tea garden - Sri Lanka
Y poco después, comenzaron a aparecer las impresionantes terrazas de té, todas vinculadas a alguna fábrica cercana.

Hellboda Waterfall - Sri Lanka
A menos de un kilómetro, Raafi se apartó a la izquierda para que bajaramos una pequeña puesta junto a un puente para disfrutar de la Catarata Hellboda.

Hellboda Waterfall - Sri Lanka
Y poco después, seguimos nuestro camino por los que sin duran eran los paisajes más impresionantes que habíamos visto desde nuestra llegada al pais.

Oak Ray Tea Factory - Ramboda
Pero lo mejor estaba por llegar, ya que tras pararnos en el mirador de la fábrica de té Oak Ray, aparcamos junto al Puente Ramboda.

Ramboda Falls - Ramboda
Allí se encuentran las cataratas que tienen el mismo nombre, y para acceder hay que pagar menos de un euro.

Ramboda Falls - Ramboda
Desde ahí, comienza un ascenso por escaleras de cemento que tiene diversos accesos a las pozas que se forman por las caidas de agua, con carteles que advierten del peligro de bañarse por la fuerza del agua.

Ramboda Falls - Ramboda
El ascenso hasta la parte más alta es duro, pero finalmente se llega a un pequeño mirador techado con vistas maravillosas.

Ramboda Falls - Ramboda
El agua cae sobre el Rio Panna Oya desde una altura de 109 metros, y genera una piscina natural en la que está permitido darse un baño.

Ramboda Falls - Ramboda
Descendimos desde el mirador y nos descalzamos para acercarnos hasta el lugar donde rompe la cascada, aunque estaba bastante resbaladizo.

Ramboda Falls - Ramboda
Se encontraba repleta de gente, que, aunque no se metían de cuerpo entero, si tenían las piernas en remojo para aliviar la dura subida.

Ramboda Falls - Ramboda
Y hasta las familias de monos se acercaban a darse un refrescón a la catarata, ya que a esa hora de la mañana comenzaba a hacer calor.

Ramboda Falls - Ramboda
Raafi nos llamó, porque se nos estaba echando el tiempo encima, eran casi las 13:30, y aun nos quedaba un buen tramo para llegar a Nuwara Eliya.

Dambo Tea Factory - Nuwara Eliya
Pero, aunque le dijimos que no teníamos mucho interés, insistió en hacer una última parada en la fábrica de té Damro, suprimiendo la parte en la que nos enseñarían el proceso de fabricación, dejándolo en una vista general de los campos de té desde el parking.

From Kandy to Nuwara Eliya - Sri Lanka
La parte que nos quedaba de carretera nos llevó hasta los 2000 metros de altitud, y es que Nuwara Eliyah se conoce como Little England.

Gregory Lake - Nuwara Eliya
Y no solo por el clima fresco que trae dicha altitud, sino por los edificios de corte colonial que alberga la ciudad.

Calamander - Nuwara Eliya
Nos llevó directamente a comer a Calamander, un restaurante frente al Lago Gregory que está en plena decadencia tras la pandemia, como pudimos comprobar con la comida que nos pusieron.

Train Station - Nanu-Oya
Para las 15:15 salimos de allí y nos dirigimos a la cercana localidad de Nanu-Oya, allí cogeríamos nuestro tren a Ella.

Train Station - Nanu-Oya
Habíamos comprado los billetes varias semanas antes por internet, y ya por entonces, solo quedaban primera clase, por lo que pagamos 18€ por cada billete, ya que no nos queríamos arriesgar a quedarnos sin asiento porque en segunda y tercera clase no está asegurados.

Train Station - Nanu-Oya
No quedó más remedio, ya que nada más salir, las agencias lo compran a su precio original, unos 5€, y los revenden por internet a más del triple de su precio.

Train Station - Nanu-Oya
Los canjeamos en taquilla, y nos despedimos de Raafi, que nos esperaría en Ella, pero, como ya nos habían avisado, el tren se retrasó una hora y media y salimos casi a las 17:30.

Train Station - Nanu-Oya
El anden estaba lleno de españoles, y por su puesto, la gran mayoría acabamos en el vagón que correspondía a primera clase.

Train from Nanu-Oya to Ella - Sri Lanka
La mejor parte, que habíamos comprado los tickets que correspondían a primera fila, con un cristal panorámico.
Train from Nanu-Oya to Ella - Sri Lanka
La peor, que iríamos todo el camino de espaldas a la marcha del tren, por lo que habría que hacer malabares para asomarse a la ventana y anticipar lo que íbamos a ir encontrándonos.

Train from Nanu-Oya to Ella - Sri Lanka
A decir verdad, nos habíamos creado muchas expectativas con ese trayecto en tren debido a leer tanto en los blogs, pero en realidad, habíamos visto los paisajes en las distintas paradas que había hecho nuestro chofer durante la mañana.

Train from Nanu-Oya to Ella - Sri Lanka
Y además, nos atardeció a la hora de haber comenzado el viaje, por lo que nos quedamos sin vistas más de la mitad del trayecto, que duraba unas tres horas.

Train from Nanu-Oya to Ella - Sri Lanka
Por ello, el supuesto el "recorrido en tren más bonito del mundo" nos supo a poco, ya que se nos juntaron diversos factores que lo fueron estropeando.

Ella Station - Ella
Finalmente, tras tres horas y media en las que entablamos conversación con un madrileño que viajaba por Asia con su familia, llegamos a Ella.

Ella Station - Ella
Raafi nos llevó hasta donde pudo, pues para acceder a nuestro hostal había que subir en tuk-tuk por lo estrecho y empinado de las calles.

Tuk-Tuk to Quiet Rest Inn - Ella
Hicimos el check-in en Quiet Rest Inn, regentado por una familia que parecía encantadora, y cuyo hijo era el dueño del tuk-tuk que nos había subido, y nos volvimos al centro para buscar donde cenar.

Main Street - Ella
Poco tenía que ver Ella con lo que nos habíamos encontrado en Sri Lanka hasta la fecha, pues estaba orientada al 100% para turistas europeos.

Rainbow Cafe - Ella
Y la verdad es que nos gustó poder cenar en un restaurante como el Café Rainbow, con una carta bastante más variada que de costumbre.

Rainbow Cafe - Ella
Pedimos unas quesadillas de atún, un arroz frito de lo más original y una tortilla acompañada de pan de trigo que estaban espectaculares, sin despuntar especialmente en el precio.

Rainbow Cafe - Ella
Pero como la cocina ya había cerrado para cuando terminamos, nos fuimos al famoso Chill Café, que estaba ambientadisimo.

Chill Cafe - Ella
Y aprovechamos para pedirnos unas Lion de las que se conocen como "strong", ya que llegan a tener 8'8% de alcohol.

Chill Cafe - Ella
Para volver a casa, decidimos prescindir de tuk-tuk y volvernos dando un paseo por las empinadas calles de Ella.

Quiet Rest Inn - Ella
A pesar de que nos había defraudado un poco el viaje en tren, había sido un día de lo más provechoso, y sabíamos que, al menos durante dos noches, tendríamos un sitio donde tomarnos algo después de cenar.

DIA 8

Nos esperaba un día de senderismo, por lo que, para evitar las altas temperaturas, el despertador sonó a las 7:30.

Quiet Rest Inn - Ella
Por primera vez en el viaje, el Quiet Rest Inn ofrecía desayuno dentro del precio de la habitación, y vaya desayuno.

Quiet Rest Inn - Ella
Tuvimos que pedirle a la dueña que parara de sacar comida, ya que no dabamos abasto entre tostadas, frutas, crepes y café.

Tuk-Tuk to Ella's Rock - Ella
Poco después llegó Raafi con un tuc-tuc y el guía que nos llevaría a hacer la primera de las dos rutas senderistas que habíamos planeado.

Trek to Ella's Rock - Ella
Era la más larga, y según habíamos leido, tendría que durar entre 3 y 5 horas, ya que había que salvar un gran desnivel.

Trek to Ella's Rock - Ella
Para llegar hasta Ella's Rock, debíamos comenzar andando por las vias del tren desde la estación de Kithalella.

Trek to Ella's Rock - Ella
Luego, tras cruzar un pequeño arroyo y atravesar varias fincas de té, comenzaba el auténtico reto de llegar a la cima.

Shashika Viewpoint - Ella
Tras pasar el mirador de Shashika, donde habían montado un pequeño negocio de venta de refrescos, habría que salvar casi todo el desnivel de la ruta.

Trek to Ella's Rock - Ella
Unos 230 metros de desnivel positivo en menos de un kilómetro, aunque por suerte, el camino estaba bien marcado.

Trek to Ella's Rock - Ella
Contratamos al guía, que apenas nos cobró 15€, porque decían que solían cambiar las indicaciones de sitio para luego así poder pedir unas rupias para devolverte al camino.

Ella's Rock - Ella
Y es cierto que sin él no hubieramos podido llegar tan facilmente a la cima de Ella's Rock con su impresionante corte sobre el Ella's Gap y el Little Adam's Peak de fondo.

Ellas's Rock - Ella
Para la bajada, como siempre, pegué un par de tropezones por lo inclinado del asfalto, pero nada fuera de lo común.

Trek to Ella's Rock - Ella
En menos de 30 minutos volvíamos a estar sobre las vias del tren, habíamos tardado menos de 3 horas a un ritmo bastante tranquilo.

Trek to Ella's Rock - Ella
Para cuando llegamos a la estación, los tuk-tuk ya esperaban en fila a los pasajeros que llegarían en el tren de las 11.

Kithalella Station - Ella
Y en breve, nos montamos de nuevo en el de nuestro guía, esta vez para desplazarnos hasta la base del Littel Adam's Peak.

Tuk-Tuk - Ella
Allí nos esperaba Raafi para explicarnos como subir a lo alto del pico más famoso de la ciudad, aunque tenía poca perdida.

Little Adam's Peak - Ella
Entre el club con piscina y las indicaciones de la tirolina fue bastante facil localizar el masificado pico al que accedimos en unos 30 minutos gracias a las escaleras perfectamente señalizadas.

Little Adam's Peak - Ella
A esa hora, el calor ya apretaba bastante más, aunque cuando llegamos a la cima, no nos importó haber hecho el esfuerzo.

Little Adam's Peak - Ella
Parecia mentira que apenas una hora antes hubiésemos estado subidos en la Roca de Ella, que desde allí quedaba claro que era el pico más alto de todo el valle.

Little Adam's Peak - Ella
Tras un rato disfrutando de las vistas, pusimos rumbo a la salida del parque esquivando los tuk-tuk que se abrían paso por el estrecho camino por el que habíamos subido un rato antes.

Little Adam's Peak - Ella
Raafi nos llevó hasta la calle principal con la idea de recogernos a las 3 para hacer la ruta del Puente de los Nueve Ojos.

Chill - Ella
Mientras, regresamos al Chill para comernos una riquísima y merecida hamburguesa de ternera con una buena Lion lager.

Chill - Ella
Y entonces se puso a diluviar como no habíamos visto desde nuestra llegada a Sri Lanka, por fín se notaba que estábamos en periodo de monzón.

Monsoon - Ella
La cosa se complicó tanto que comenzó a entrar agua en el Chill, justo cuando Raafi nos llamó para decir que nos esperaba en la puerta.

Chill - Ella
Nos explicó que no iba a ser viable hacer la ruta puesto que, aunque hubiera escampado, tras la lluvia salían sanguijuelas que hacían muy complicado caminar por la zona por la que discurría el sendero.

Quiet Rest Inn - Ella
Así que decidimos tomarnos el resto de la tarde de relax en Quiet Rest Inn, algo que no nos vino nada mal después de la caminata matutina.

Sunset - Ella
Para las 19:00, decidimos que era el momento de salir a dar una vuelta y buscar donde cenar, por lo que recorrimos todo Ella para hacer hambre.

Fruit - Ella
Nos tomamos una cerveza en Ice Cube, un pub de la calle principal, pero vimos que su carta era un poco limitada para la cena.

Ice Cube - Ella
Por lo que no dudamos en volver a Café Rainbow, donde elegimos unos platos más ligeros para la cena, como la ensalada con humus y falafel.

Rainbow Café - Ella
Nos echamos la última cerveza en Chill y regresamos al hotel andando, pero teníamos un asunto entre manos relacionado con el hotel del día siguiente.

Back Home - Ella
Nos habían escrito para obligarnos a contratar el safari con ellos si queríamos dormir en el hotel, algo que chocaba con los planes que Raafi nos había organizado, pero ya lo resolveríamos a la mañana siguiente.

DIA 9

Habíamos quedado en que nos pusieran el desayuno a eso de las 8:15 para poder estar con tiempo de sobra en el puente para poder ver pasar el tren.

Quiet Rest Inn - Ella
Pero por despiste, la dueña del Quiet Rest Inn entendió a las 8:45, por lo que no pudimos llegar hasta el coche de Raafi hasta pasadas las 9.

Quiet Rest Inn - Ella
Teniendo en cuenta que el tren pasaba a las 9:20, solo nos quedaba cruzar los dedos para que, otra vez, fuera con retraso.

Nine Arch Bridge - Ella
No fue el caso, así que, tras realizar casi corriendo el tramo de sendero de 1km que separa el acceso donde nos dejaron hasta el puente, no pudimos ver ningún tren, solo escuchar de lejos como pitaba para que se apartaran los turistas.

Nine Arch Bridge - Ella
Y es que el Puente de los 9 ojos se ha convertido en una atracción turística bastante curiosa, ya que más de uno se ha llevado un susto queriéndose hacer un selfie con el tren llegando de fondo.
Nine Arch Bridge - Ella
Hay hasta carteles avisando del peligro que supone. Tras fotografiarlo de todos los ángulos, volvimos a la pista de tierra para subirnos al Toyota Allion.

Nine Arch Bridge path - Ella
El ambiente estaba un poco enrarecido con Raafi por lo que había ocurrido con la organización del safari y el hotel.

From Ella to Udawalawa - Sri Lanka
Aunque finalmente, entendió que no era decisión nuestra, e incluso su jefe nos dejó su safari a un 50% de descuento, pero nuestro objetivo era poder dormir en el hotel que habíamos reservado, por lo que finalmente nos quedamos con la imposición del alojamiento.

Ravana Falls - Ella
Aun así, siguió haciendo de guía turístico más que de simple conductor, y nos paró en las famosas Cataratas Ravana.
 
Ravana Falls - Ella
Aunque más flojas que las Ramboda, estaban bien, y por desgracia, habían sido escenario de varias muertes porque los turistas se empeñaban en escalar por ellas.
 
Ravana Falls - Ella
De vuelta en el coche, y como aun teníamos tiempo, Raafi nos propuso hacer otra parada algo alternativa en el camino.

From Ella to Udawalawa - Sri Lanka
Se trataba del templo budista Buduruwagala, que consiste en siete estatuas rupestres esculpidas en la pared de una montaña.

Buduruwagala Bhudist Temple - Sri Lanka
Para llegar, hay que pagar una entrada de unos 2€, y andar atravesando un lago hasta darse de bruces con la impresionante figura de Buda, que se supone, estuvo pintada de colores vivos en sus orígenes.

Buduruwagala Bhudist Temple - Sri Lanka
Estaba cayendo un calor de espanto, por lo que no veíamos el momento de regresar al coche para realizar el último tramo.

Udawalawa National Park border - Udawalawa
Hasta que de repente, Raafi frenó para señalarnos los elefantes que habían salido al borde del Parque Nacional Udawalawa buscando un sitio para beber.

Udawalawa National Park border - Udawalawa
Era el momento que habíamos estado más cerca de los elefantes, que se encontraban detrás de una valla electrificada.

Udawalawa National Park border - Udawalawa
Después del reportaje fotográfico, hicimos una parada en Niwahana, un restaurante de buffet, para almorzar.

Niwahana - Udawalawa
Y 10 minutos después estábamos en el Share Safari Family Bungalow, el hotel que tantos quebraderos de cabeza nos había dado, para hacer el check-in.

Share Safari Family Bungalow - Udawalawa
Fue el primero en el que nos pidieron el dinero por adelantado, pero había que admitir que pagar 47€ por el safari y una noche de hotel en habitación individual con aire acondicionado y desayuno, tenía dificil competencia.

Share Safari Family Bungalow - Udawalawa
Poco después de dejar nuestras cosas en las habitaciones, llegó el conductor del safari con un Mahindra convertido en coche de 9 plazas.
Udawalawa Dam - Udawalawa
Dejamos atrás el pueblo para deshacer el camino 11 kilómetros y dirigirnos a la entrada del Parque Nacional Udawalawa.

Udawalawa National Park - Udawalawa
Habíamos tenido la suerte de que se había nublado un poco, porque nuestro safari duraría 4 horas entre las 14:00 y las 18:00 y al sol hubiera sido bastante tedioso.

Udawalawa National Park - Udawalawa
La cosa comenzó bastante mal, pues nuestro guía se paraba ante cualquier ave, incluidos los pavos reales, algo que a ninguno nos llamaba la atención, tampoco a las dos francesas que no acompañaban en el Mahindra.

Udawalawa National Park - Udawalawa
Pero tras media hora, la cosa empezó a cambiar, y aparecieron los primeros ejemplares de elefante acompañados de sus crias.

Udawalawa National Park - Udawalawa
A diferencia del anterior safari que habíamos hecho en Minneriya, este requería de más destreza en la conducción, y sobre todo, de saber donde acercarse a la hora adecuada.

Udawalawa National Park - Udawalawa
Y nuestro conductor lo sabía, puesto que tras pasar por diferentes manadas de bueyes nos llevó prácticamente al lado de otra pareja de elefantes.

Udawalawa National Park - Udawalawa
Cabe decir que durante la estación seca y en un safari en horario de tarde es bastante complicado dar con los animales, y que se nublara fue de bastante ayuda.

Udawalawa National Park - Udawalawa
Antes de abandonar el parque, dimos con otro ejemplar al que prácticamente pudimos tocar desde el coche, la visita había sido un éxito.

Udawalawa National Park - Udawalawa
Y teniendo ambos parques nacionales aspectos totalmente distintos, por lo que es dificil compararlos, personalmente me había gustado más Udawalawa por lo auténtico de la experiencia gracias a su extensión de 306 kilómetros cuadrados.

 Udawalawa Dam - Udawalawa
Volvimos a atravesar la Presa Udawalawa para llegar hasta el pueblo, y nada más llegar al hotel nos dimos un buen chapuzón en la piscina.

Share Safari Family Bungalow - Udawalawa
Le habíamos pedido a la dueña que nos preparara la cena para las 20:00, y antes, nos acercamos al pueblo de Udawalawa para comprar unas cervezas.

Main Street - Udawalawa
No dejaba de sorprenderme el trato de favor que nos daban a los extranjeros en las Wine Stores, dejándonos entrar en lugar de hacer cola en la ventanilla, algo que me incomodaba bastante.

Walawa Wine Stores - Udawalawa
Para la vuelta, la chica tenía servida comida como para seis personas, con arroz, pasta y curry acompañados de unos batidos de sandia, todo por 4€ cada uno.

Share Safari Family Bungalow - Udawalawa
Tras la cena, decidimos tomarnos el resto de la cerveza en la zona común, aunque nos pidieron que no hiciésemos ruido, pues algunos huéspedes comenzarían su tour a las 6 de la mañana.

Share Safari Family Bungalow - Udawalawa
Y tampoco nos costó mucho trabajo, pues al poco tiempo estábamos cada uno en nuestra habitación pues había sido un día agotador, aunque de lo más completo.

DIA 10

A la mañana, mi intención era comunicar a booking.com como nos habían forzado a contratar el safari si queríamos dormir en el hotel, pero mientras estábamos desayunando, nos dimos cuenta de que nos habían cancelado la reserva durante la noche, por lo que no podríamos dejar una valoración.

Share Safari Family Bungalow - Udawalawa
No podían ser más piratas, pero por suerte, después de que Raafi nos recogiera, me llegó un mensaje de booking preguntando si era cierto que no habíamos dormido allí, ya se encargarían ellos de solucionarlo. Mientras tanto, nos dirigíamos a Mirissa, al sur de la isla, para disfrutar de un día de playa.

From Udawalawa to Mirissa - Sri Lanka
La gran mayoría del camino fue por autopista de pago, donde anunciaban que tuvieramos cuidado con los pavos reales, que solían cruzar.

From Udawalawa to Mirissa - Sri Lanka
Una vez en Mirissa, nos despedimos del conductor hasta el día siguiente e hicimos el check in en Sailors, un hotel situado frente al mar.

Sailors - Mirissa
Aprovechamos para hacer una segunda colada, y nos dirigimos a la playa dispuestos a disfrutar de una jornada de relax.

Mirissa Beach Access - Mirissa
Pero cual fue la sorpresa al descubrir que la Playa Mirissa, como habíamos visto desde el balcón del hotel, tenía un oleaje importante.

Mirissa Beach - Mirissa
Y cuando cruzamos el pequeño espigón que la une con Parrot Rock, descubrimos que había una bandera roja prohibiendo el baño.

Parrot Rock - Mirissa
Nuestro gozo en un pozo, se nos habían estropeado los planes, así que al menos subimos al peñón para disfrutar de la panorámica de la playa.

Parrot Rock - Mirissa
Entonces, deshicimos el camino por el que habíamos venido para dirigirnos hacia Turtle Beach, situada al otro lado del Espigón Fishery Harbor.

Fishery Harbor - Mirissa
Allí se encontraba Playa Tortuga, donde el oleaje estaba mucho más calmado, y había gente bañándose, por lo que decidimos hacer lo propio.

Turtle Beach - Mirissa
Pasamos el resto de la mañana tirados en la arena a la sombra y dandonos baños en unas aguas del índico que resultaron menos cálidas que de costumbre, lo cual se agradecía.

Turtle Beach - Mirissa
A eso de las 13:30, el hambre empezaba a apretar, así que nos acercamos a un par de chiringuitos hasta que nos quedamos con el Tipsy Turtle.

Tipsy Turtle - Mirissa
Pertenecía al Turtle Resort, de ahí sus precios, pero aprovechamos para tomar algo de pescado fresco después de tantos días.

Tipsy Turtle - Mirissa
Para colmo, nos ofrecían quedarnos allí el resto de la tarde disfrutando de sus hamacas, lo cual fue la mejor decisión.

Tipsy Turtle - Mirissa
Y eso fue lo que hicimos hasta que pasadas las seis de la tarde comenzó a caer el sol por el oeste y dimos por terminada la jornada playera.

Tipsy Turtle - Mirissa
Aun así, cuando llegamos al Sailors, subimos a su planta más alta, que aún estaba a medio construir, para ver como se ponía el sol.

Sunset from Sailors - Mirissa
Tras una ducha, salimos a buscar donde cenar caminando por el arcén de la carretera nacional a oscuras, ya que no había ni una farola.

Main Road - Mirissa
Y recorrimos prácticamente todo el pueblo hasta que nos decantamos por el Samagi, que estaba completamente vacío.

Samagi - Mirissa
Tardaron lo más grande en traernos unas hamburguesas indescriptibles, ya que no sabíamos que nos estábamos comiendo.

Samagi - Mirissa
Aunque lo que si estuvo rico fue el postre, un roti de plátano y chocolate que nos prepararon en el puesto callejero que tienen a la entrada del restaurante.

Samagi - Mirissa
Y con el estómago lleno, deshicimos el camino a oscuras hasta el Sailors, para ver como los policias montaban un control para sacarse un sobresueldo con los incautos turistas que habían decidido alquilar moto.

Mirissa Beach - Mirissa
Y en 15 minutos estábamos en el hotel, donde dimos por finalizada la que sería nuestra última noche en Sri Lanka.

DIA 11

Para comenzar la jornada, nos dirigimos a la lavandería para recoger nuestra colada, ya que la noche anterior seguía húmeda.

Sailors - Mirissa
Y tras hacer el recuento de que todo estaba en orden, ya que en la anterior nos habían extraviado un par de prendas, salimos a buscar donde desayunar.

Mirissa Beach - Mirissa
Como suponíamos, los precios en la playa eran elevados, pero era lo que teníamos más cerca y nos acercamos a Sunset Il Gelato.

Sunset Il Gelato - Mirissa
Tardaron una eternidad en servirnos, así que tuvimos que avisar a Raafi, que al final nos recogió a las 10:30, algo más tarde de lo previsto.

From Mirissa to Galle - Sri Lanka
El día iba a consistir en conducir por la costa sur oeste del país hasta llegar al aeropuerto, ya que volaríamos por la noche.

Fishermen's Dock - Weligama
Por ello, vió más oportuno echar por la carretera nacional en lugar de por la autopista, puesto que era bastante más interesante, ya que pasaríamos por varios pueblos costeros.

From Mirissa to Galle - Sri Lanka
Tras una breve parada en el puerto pesquero de Weligama, nos dirigimos a la que era la joya de la corona en la costa sur.

Dutch Reformed Church - Galle
Galle era la ciudad que mejor conservaba la arquitectura y la esencia de los epoca colonial holandesa, comenzando por su iglesia protestante.

Dutch Reformed Church - Galle
El sitio de quedada con nuestro conductor iba a ser en los pies de las murallas del Bastión Holandes, que rodea el centro histórico.

Dutch Bastion - Galle
Para comenzar, subimos las escaleras del Bastión Flagrock, con vistas abiertas al Oceano Índico, y los restos de la base de un cañón.

Dutch Bastion - Galle
Luego recorrimos el bastión hacia el norte, buscando la sombra pues, sin duda, era el día más caluroso que habíamos experimentado.

Dutch Bastion - Galle
Finalmente, tras pasar la mezquita, pues a pesar de lo clásico del lugar, seguía mezclando hinduismo, con budismo e islamismo, llegamos al Faro de Galle.

Dutch Bastion - Galle
A lo largo del bastión dábamos con los distintos cañones que se usaban para proteger la ciudad,  que se encontraban restaurados.

Dutch Bastion - Galle
Y al igual que ocurría en Colombo, aquí también teníamos un antiguo hospital que había sido convertido en centro comercial.

Dutch Bastion - Galle
Nuestro paseo nos llevó a las afueras del bastión, atravesando la Puerta Holandesa, en perfecto estado de conservación.

Dutch Bastion - Galle
Regresamos al interior y comprobamos que los edificios con los que nos encontrábamos mientras callejeábamos seguían la misma estética colonial.

Dutch Bastion - Galle
Hasta que volvimos a salir al mismo punto al que habíamos quedado con Raafi, para volver a la carretera camino al norte.

Dutch Bastion - Galle
La siguiente de las paradas iba a ser bastante peculiar, pues no sabíamos del impacto que el tsunami de 2004 había tenido en el pais.

From Galle to Colombo - Sri Lanka
Nos detuvimos frente a una estatua de Buda gigante situada en un lago justo delante de las vias del tren que transcurrían paralelas a la carretera.

Peraliya Tsunami Memorial Statue - Hikkaduwa
Se trataba de una donación hecha por los japoneses, que aportaron una gran cantidad de dinero para ayudar a recuperar la zona dañada.

Train Victims Memorial - Hikkaduwa
La segunda ola se saldó con 50000 muertos, y para ello, muchos de los más de 1000 muertos del "tren del tsunami" tuvieron que ser enterrados en una fosa común para evitar enfermedades.

Tsunami Museum - Hikkaduwa
Tras visitar el sobrecogedor Museo del Tsunami, con fotos y mensajes sobre el desastre, tocó buscar donde almorzar.

Sea Breeze Hotel - Ambalangoda
Y Raafi se decantó por el Sea Breeze Hotel, un resort en mitad de la nada donde me tomé el último arroz frito con pollo de mi estancia en Sri Lanka con una buena Lion.

Sea Breeze Hotel - Ambalangoda
Nuestra ruta continuó por pequeños pueblos como Ambalangoda, donde se intuía que iba a tener lugar un desfile, pues tardamos en atravesarlo debido a los rios de gente que ocupaban la calzada.

Parade - Ambalangoda
Y finalmente llegamos a la desembocadura del Rio Madu, desde donde partiría nuestro Safari de Rio, una actividad que no teníamos muy claro de que iba.

Madu River - Sri Lanka
Pagamos 25€ y nos montaron en una barcaza que nos llevó rio arriba para ir parándonos junto a cormoranes y varanos.

Madu River - Sri Lanka
A continuación, nos ofrecieron un breve tratamiento de limpieza de piel muerta de los pies con unos peces gigantes dándonos bocaditos, algo que fue un poco desagradable.

Madu Lake - Sri Lanka
Una vez nos metimos en el Lago Madu, nos llevaron a ver un pequeño templo hindú enclavado en una pequeña islita en el centro.

Madu Lake - Sri Lanka
Y posteriormente, nos llevaron a Isla Canela, una de las pocas islas habitadas centrada en el cultivo y explotación de dicha especia, donde nos hicieron una muestra y degustación de productos.

Cinnamon Island - Sri Lanka
A la vuelta, el guía me ofreció pilotar la barcaza por el Lago Madu hasta la siguiente parada, algo que no había hecho antes.

Madu Lake - Sri Lanka
Solo nos quedaba una parada, y para no variar, consistía en un templo budista, en este caso el Monasterio Suwa Samadhi, con la peculiaridad de que tenía decenas de estatuas de Buda situadas en fila a lo largo de una escalera.

Suwa Samadhi Monastery - Sri Lanka
Y uno de los monjes que andaba por allí decidió bendecirnos en un rito que consistía en atar una pulsera blanca mientras recitaba párrafos en cingalés, todo a cambio de una propina, por supuesto.

Suwa Samadhi Monastery - Sri Lanka
Y eso fue todo, para las 17:30 volvíamos a estar en el embarcadero, donde nos dieron un jugo de mango fresquito.

Madu River - Sri Lanka
En el camino de vuelta, Raafi nos llevó a un Sealife para ver tortugas, pero nos pedían 15€ por cabeza, y no nos llamaba mucho la atención.

From Galle to Colombo - Sri Lanka
Casi dos horas de autopista después estábamos en el aeropuerto, donde, tras darle una merecida propina, nos despedimos de nuestro conductor, que se había portado muy bien durante nuestra estancia en Sri Lanka.

Burger King - Colombo Airport
Pasamos el check in, donde nos obligaron a pasar por facturación, pues no aceptaban tarjetas de embarque movil, y cenamos en Burger King, que tenía que ver poco con los europeos.

From Colombo to Kuala Lumpur - Air Asia
Y esperamos hasta que embarcamos en el primero de nuestros dos vuelos, en esta ocasión, con destino a Kuala Lumpur.



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