India y Nepal (2)

Viene de India y Nepal (1)

- Fecha: Del Martes 28 de Julio al Jueves 20 de Agosto de 2009 (24 DIAS)
- Paises: Inglaterra, India y Nepal.
- Ciudades Visitadas: Londres, Calcuta, Darjeeling, Kakarvitta, Katmandú, Pokhara, Sonauli, Varanassi, Agra, New Delhi, Bombay y Goa
- Medio de Transporte: Tren, Autobús, Barca, Taxi, Rickshaw, Coche, Moto y Avión.
- Acompañantes: AlbertoJose, Ikeya y Licu.
- Sonaba en la radio: When love takes overI gotta feeling & Magnificient
- Presupuesto aproximado: 1400€

El Itinerario

Mapa de la Ruta

DIA 8

Amanecemos pronto, totalmente respuestos, el hotel nos ha proporcionado lo que nos hacía falta. El estómago me ha dado algún sobresalto, pero se ha quedado solo en un aviso. En breve estamos en la planta más alta del edificio desayunando, prácticamente con un bufete por delante, increíblemente incluido en el precio.

Decidiendo que hacer - Katmandú

Por suerte, el gerente del hotel anda cerca, nos escucha y se ofrece a llevarnos a la zona desde donde salen los autobuses a Pokhara. En realidad, de autobuses nada, pues son las típicas furgonetas de transporte de pasajeros, pero nos vale. Para colmo, nos lleva en su coche particular, junto con su hijo pequeño que resulta ser de lo más simpático.

A punto de partir
Una vez montados, por un precio irrisorio, comenzamos a descender de las alturas, pero esta vez hacia el Oeste, dirección Pokhara. El trayecto aparentemente no va a ser tan complicado, sobre todo por el tipo de furgoneta que llevamos que en teoría nos va a dejar en la zona centro.

On the way to Pokhara
En una de las primeras paradas, de las muchas que vamos a hacer, encontramos a un chico bastante simpático que se ofrece a llevarnos de senderismo por Pokhara, con la oportunidad de dormir al aire libre. El caso es que no nos acabamos de decidir, pero de repente comienza a hablar de drogas y por sentido común desechamos la idea.

Cualquier lugar es bueno para un baño
El viaje es, para no variar, un placer para la vista. Me cuesta la vida no unirme a unos cuantos lugareños subiéndome al techo de la furgoneta para hace parte del trayecto, pero me puede la sensatez. Por otro lado, lo que parecía que iba a ser pan comido se convierte en un trayecto que nos lleva más de 6 horas. 

Para colmo, cuando llegamos a un punto, hemos de bajar de la furgoneta para coger un autobús urbano. La razón es que hay una manifetación de los habitantes de un poblado cercano, que hartos de los atropellos que se producen en la zona, han cortado la carretera y solo dejan pasar a estos autobuses. Para colmo, al lado de Jose se sienta un personaje bastante pesado, que le da el resto del viaje, anécdotas para el recuerdo.

Bus a Pokhara
Ya al limite del cansancio, llegamos a Pokhara. Es de noche, y de repente se nos echan encima, casi de manera violenta, varios relaciones públicas para llevarnos a sus hoteles. Se ve que no es temporada alta y están desesperados por pillar a quien sea. Nos ponemos a la defensiva, no estamos para tonterias, y tras quitarnoslos de encima, vamos por nuestra cuenta, hasta lo que parece la zona pegada al lago.

Llegamos a una zona de resorts, esto parece la Costa del Sol, pero a su manera. Entramos en el hotel que más nos gusta, con ganas de negociar un rato el precio por noche, aunque parece bastante lujoso. Peores cosas hemos visto, así que ¿por que no? La chica comenzó a hacerse la dura, parecía que habíamos pinchado en hueso, pero cuando nos dimos la vuelta para salir por la puerta nos llamó. No se cuales serían las tarifas, pero conseguimos dos noches por 20€ cada uno... y cuando vimos donde estábamos, descubrimos que habíamos hecho el mejor negocio hasta la fecha en cuanto a alojamiento.

Piscina, una cama para cada uno y dos habitaciones con vistas, y un nivel de limpieza nunca visto hasta ahora. Es lo mejor que podíamos tener. Dejamos las cosas y salimos con ganas de celebrar mi cumpleaños, que es esa noche. 

Cumpleaños en Pokhara
Me toca invitar, pero por supuesto es de las invitaciones más baratas de mi vida, a pesar de ser una zona turística, lo precios siguen siendo ridículos. Tras cenar y tomar un par de cervezas, volvemos al hotel, a pasar el rato hasta que vamos cayendo uno a uno.

DIA 9

Ahora si hemos descansado de verdad, y para colmo, nos queda un día entero sin viajar, puesto que hemos decidido por unanimidad estar un día completo sin movernos, a pesar de que nos estamos retrasando más de lo que teníamos planeado en un principio, vale la pena.

Vistas desde el Hotel - Pokhara
Desayunamos en el hotel, aunque haya que pagarlo aparte, nos parece más que justo, y pasamos el resto de la mañana simplemente relajándonos en la piscina. Nos damos cuenta de cuanto nos hacía falta ese parón.
Piscina - Pokhara
Y después de ver un rato la tele, decidimos acercarnos a la orilla del lago Phewa a comer en algún restaurante. Vamos a parar a uno con vistas, el problema es que aunque esta lloviendo y aclarando cada 30 minutos, no llegamos a ver las impresionantes vistas del Himalaya, una lástima.

Lago Phewa - Pokhara
Paseamos un rato por la orilla, parece que hay bastante actividad turística.

Lago Phewa - Pokhara
Especialmente de barqueros, que por unas pocas rupias te hacen un recorrido circular por el lago.

Barcas en el Lago Phewa - Pokhara
No tiene mucho sentido si no se consigue ver el horizonte, pero aun así decidimos dar el paso y montarnos, aun a riesgo de que nos caiga un diluvio.
Tour por el Lago Phewa - Pokhara
Por desgracia para la cámara de fotos de Jose, es lo que ocurre. Nosotros nos medio tapamos, pero la Olympus acaba cogiendo humedad y a la larga acaba estropeándose.

Diluvio - Pokhara
Ya empapados volvemos a la orilla. Estamos chorreando, así que corremos hacia el hotel para no resfriarnos y... nos tiramos directamente a la piscina a pesar del diluvio y de que ya es completamente de noche. 

Baño nocturno - Pokhara
Es lo que mejor sienta de todo el día. Y tras la cena en el hotel nos retiramos a nuestros cuartos, y es que según nos ha dicho la chica de la recepción, la primera furgoneta que sale hacia la estación de autobuses lo hace a las 6 de la mañana. Es la que decidimos coger, puesto que queremos llegar a Varanasi a una hora prudente y además porque lo compartimos con más gente, con el consecuente ahorro. 

DIA 10

Suena el despertador a las 5, es hora de irse. Después de los dos buenos días que hemos pasado, vale la pena el madrugón. Nos espera un día duro, de viaje y para colmo llueve mucho. Nos dejan en el descampado y localizamos nuestro autobús, que tiene aun más mala pinta si cabe que los anteriores.

Bus a Sonauli
Por el camino pasamos por rios desbordados, se ve que ha caído la grande durante la noche, sumado a lo de días anteriores.

Rio Desbordado - Camino a Sonauli
Para colmo, el autobus es una chatarra, los asientos se desmontan, y le faltan varios cristales. Lo que era anecdótico los primeros días, comienza a ser un incordio serio, pero seguimos tomándolo con humor en la medida de lo posible.

Intento de descansar - Bus a Sonauli
Finalmente, llegamos a Sonauli, una de las fronteras del sur de Nepal, por supuesto, también horas más tarde de lo esperado, pero aquí las cosas funcionan así. Tras pasar la frontera, nos surgen dudas, podemos coger un jeep hasta la estación de tren y allí enganchar hasta Varanasi, o salir en otro autobús nocturno con trayecto Sonauli - Varanasi.

El caso es que tras una discursion un poco más subida de tono de la cuenta (se va notando el cansancio) optamos por la menos mala: Por lo menos con el bus no tenemos que hacer transbordo, y tenemos billetes seguros. Terminamos de comer y conseguimos los billetes del bus, que sale en un par de horas.

Sonauli
A eso de las 6 de la tarde, subimos al cacharro que nos llevará hasta Benarés. Nos hacemos fuertes al fondo del bus, que esta con diferencia en peor estado que ninguno en el que nos hayamos montado anteriormente. Hay tornillos en todas partes, no hay donde apoyar la cabeza, pero por suerte, no tenemos que llevar las mochilas encima.

Comienza el trayecto, y anochece. La carretera esta asfaltada, pero eso resulta ser mucho peor, porque los baches son del tamaño de cráteres de volcán, y la amortiguación del bus brilla por su ausencia.

Pesadilla en el bus - De Sonauli a Benarés
No se donde hacer el corte de día, ya que realmente no dormí en toda la noche. Los botes eran demasiado frecuentes, y tan bestias que te hacían darte con el techo, y aun a día de hoy lo recuerdo como el peor trayecto de mi vida. 

DIA 11

Van 9 horas en la oscuridad, y no tiene pinta de terminar pronto, hemos hecho en alguna parada, pero no es suficiente para desconectar. Sin duda, lo que mas me ha impactado es escuchar por encima de la música de mis cascos a Ikeya (que es de lo más tranquilo) chillar a pleno pulmón "¡¡¡¡JODER, JODER, JODER JODER!!!!" mientras aporrea la fila de asientos de delante de pura impotencia.

Benarés
De repente, tras once horas de calvario, el bus se detiene. Hemos llegado. No sabemos donde nos encontramos, Benares es de lo más grande. Aun no ha amanecido, y nos rondan varios conductores de rickshaw, deseando llevarnos a sus hoteles para ganarse una comisión. Intentamos seguir a la Lonely Planet en un par de ocasiones, pero viendo que no vamos a ninguna parte, nos rendimos y nos dejamos llevar.
Chofer - Benarés
El experimento no sale tan mal, llegamos a un hotel, el Hotel Haifa, que no es que sea el colmo de la limpieza, pero teniendo en cuenta que estamos de vuelta en la India, y en una ciudad capital, no podemos pedir más.

Transeunte - Benarés
Con cara de pocos amigos, el recepcionista que esta tirado en el sofa durmiendo, nos da las llaves y tras dejar las cosas, Ikeya y Alberto se van a dormir, y Licu Jose y yo, decidimos ir a ver amanecer a los ghats del Ganges.

Ghat Benarés
Benares sorprende mucho, parece que estamos totalmente alejados del rio, pero tras atravesar un par de puertas nos encontramos bajando las escaleras que nos llevan al Ganges. A pesar de ser las 7 de la mañana, están llenos de vida.

Rio Ganges - Benarés
Ya hay ardiendo varios cuerpos en las piras funerarias, y la gente comienza a darse los primeros baños matutinos, a la vez que se lava los dientes con el agua del rio.

Piras funerarias - Benarés
Decidimos pagar a un barquero para que nos de una vuelta por los distintos ghats. La falta de sueño sumado al cansancio y a situaciones tan extrañas como distinguir siluetas de cuerpos humanos ardiendo tan cerca hacen que la situación sea de lo más surrealista.

Relaciones Públicas - Benarés
Junto al barquero va un chico que nos coloca las típicas velitas que hay que tirar al rio encendidas como muestra de respeto, nos da igual, estamos tan a gusto que ni discutimos precios.

Ghat - Benarés
Conforme pasa el tiempo, la cosa se va animando, más barcas, más personas, y sobre todo más turistas. Veo como unos turistas japoneses se meten de lleno en las aguas del rio, incluso sumergiendo la cabeza y no puedo evitar recordar que leí en alguna parte que las aguas del Ganges, lejos de purificar, hace que se den más casos de cancer de páncreas en el norte de la India que ninguna parte del mundo.

Barquero - Benarés
Después de una hora de trayecto, subimos las escaleras y decidimos volver al hotel a echar un sueño. Cuando llego, Alberto esta en el séptimo sueño, y ni se entera que entro a la habitación. Me echo a dormir y amanezco cerca de las 4 de la tarde.

Tras una ducha salgo a recepción, no encuentro a nadie, pero resulta que están los cuatro en la escalera de entrada. Compro algo de comer y consigo una señal WiFi, desde la que hablo por primera vez con mis padres.

Tras esto, me entero de nuevas noticias, no quedan billetes de tren a Agra hasta la noche siguiente, por lo que  nos queda otro día más en Benares. Nos sentamos un rato a hablar de las posibilidades y descubrimos que volver a Calcuta para coger el vuelo es prácticamente imposible. Habíamos calculado mal los tiempos, y la solución mas practica era comprar un vuelo Bombay - Calcuta para volver, y es lo que decidimos hacer.

Templo - Benarés
Cae la noche, y salimos a pasear por Benares, las calles no están muy iluminadas, pero damos con varios templos interesantes.

Feria - Benarés
Y con una feria, por donde echamos un buen rato paseando. 

Puesto Callejero - Benarés
Ya de vuelta a la civilización encontramos algunos puestos callejeros abiertos, donde hacemos acopio de agua y unos cuantos paquetes de Noodles y patatas fritas para cenar en el hotel.

Paseando por Benarés
Finalmente, volvemos a descansar. El hotel resulta ser bastante acogedor, y nos sentamos un rato viendo el mapa, para ver que visitar durante nuestro día restante en Varanasi, ya que el tren no saldrá hasta por la noche.

DIA 12

Amanecemos bastante más tranquilos, los dos días anteriores habían sido de locura, pero tras una noche con los billetes de tren atados y con una habitación medianamente cómoda, todo solucionado. 

Hotel Haifa - Benarés
Dejamos nuestras cosas en consigna y, tras desayunar en el hotel,  nos echamos a la calle. Luce el sol, y paseamos un rato sin rumbo fijo.

Templo - Benarés
Nos acercamos a varios templos de la zona, y nos dejamos llevar por los vendedores, a ver que nos ofrecen, estamos disfrutando de la ciudad. 

Relaciones públicas - Benarés
Un chico comienza a seguirnos, y entablamos conversación con él. 
Guia turístico - Benarés
Debe tener unos doce años, y a cambio de que le compremos unos zapatos, nos hace de guía por la ciudad.
Ganges - Benares
Vemos algunas partes de la ciudad menos enfocadas al turismo, partes que dan al Ganges alejadas de los ghats, desde donde se puede ver el rio en toda su extensión.

Los 5 en el Ganges - Benarés
Finalmente, lo invitamos a comer, y luego el chico nos lleva a la tienda de su tío, que resulta ser de lo más amable. Nos invitan a té, y compramos varias sedas como regalo para familiares.
Así pasamos el resto de la tarde, hasta que decidimos poner rumbo a la estación en taxi. No queremos que nos pase lo mismo que en Calcuta, y vamos con tiempo de sobra.

Esperando el tren - Benarés
Una vez allí, nos tumbamos en el anden a esperar al tren. Hay ratas por todas partes, y compramos unos cuantos bizcochos de chocolate, que resultan estar llenos de hormigas, aunque a estas alturas nos da un poco igual. 
Lo que no nos da igual del todo es que, cuando por fin llega el tren un par de horas después, nuestras camas estén ocupadas porque ha habido overbooking, algo bastante típico en los trenes indios que aun no habíamos experimentado. 

El nivel de cabreo era considerable. Lo más curioso es que casi automáticamente nos cedieron el sitio, cosa que nos hizo sentir realmente mal, por lo que después de varios cambios, acabé compartiendo espacio con un lugareño y Jose con Licu. 

DIA 13

Cuando abrí los ojos, el señor que había estado sentado a mi lado toda la noche ya no estaba, pero era de día y no quedaban más de dos horas para llegar a destino, por lo que decidí quedarme despierto simplemente mirando el paisaje y escuchando música. 

El resto del equipo empezó a despertarse a lo largo de la hora siguiente, era uno de los días más esperados, pues estábamos en Agra, la ciudad de Taj Mahal, uno de los platos fuertes del viaje.

Welcome to Agra
Decidimos que la opción más inteligente era coger un tren nocturno hasta Delhi, las cosas habían cambiado bastante, Licu tenía que coger un vuelo desde Bombay en 2 días y definitivamente se nos había ido las cosas de las manos. Como solución de urgencia, en Benarés compramos unos billetes de avión de Delhi a Bombai por menos de 40€, así íbamos a quitarnos 2 días de tren, y llegaríamos de sobra a que pudiera coger su vuelo. En cuanto al resto, ya veríamos como arreglábamos los billetes para no tener que volver a Calcuta. En teoría no sería muy dificil, pues teníamos que hacer escala en Bombay a la vuelta, pero ya se vería.

Volviendo al tema, decidimos dejar las mochilas en consigna, para estar más libres por Agra. Además hacía un calor insoportable, y cualquier ayuda era poca. Pronto nos pusimos en manos de nuestro conductor de rickshaw, este nos iba a hacer un tour completo por la ciudad, empezando por el deseado Taj Mahal.

Taj Mahal - Puerta Norte - Agra
Fuimos directamente a la puerta norte, y pasamos de todos los que nos querían comprar entradas, otra de las ventajas de tener un guía para todo el día es que te van dejando más tranquilo. Aun así, no concebíamos que costara la entrada menos de 1€ para indios y 12€ para turistas.

Taj Mahal - Puerta de entrada - Agra
Atravesamos los jardines, de camino a la puerta principal, esperando encontrarnos con esa foto que tantas veces hemos visto en libros y reportajes, pero no podíamos imaginar ni de lejos la impresión que causa el monumento con la perspectiva más perfecta del mundo.

Taj Mahal - Agra
Por mucho que quería no podía parar de hacerle fotos  desde cerca, desde lejos, desde cualquier posición era interesante.
Taj Mahal - Agra
A pesar del calor asfixiante, definitivamente, había valido la pena llegar hasta allí. Estuvimos un buen rato tirándonos fotos y observando el panorama, hasta que finalmente nos acercamos a pasear por el interior.
Interiro Taj Mahal - Agra
Que resultó no ser nada del otro mundo. Solo valía la pena pasar al patio trasero desde donde se podía ver el Rio Yamuna

Rio Yamuna - Agra
Tras estar allí un par de horas, decidimos salir a comer, y allí nos esperaba nuestro guía, para llevarnos a un restaurante, que no estaba nada mal por cierto.

Rickshaw - Agra
Mas tarde nos acercamos a las afueras del fuerte de Agra, pero decidimos no entrar, aunque si hacernos la foto.

Con el guia - Agra
Por fin llegó la hora la verdad, y nuestro guía, que se había portado bien, tuvo que llevarnos a las tiendas de sus amigos para que compráramos algo, pero por desgracia, no estábamos mucho por la labor. 

Taller artesanal - Agra
Primero lo intento con un taller de artesanía, y mas tarde con una tienda de alfombras. Al ver que la cosa no tenía mucho futuro, nos llevó de vuelta a la estación, donde recogimos nuestras mochilas, y descubrimos que no quedaban billetes de tren a Delhi.

Lejos de desesperarnos fuimos más prácticos y tanteamos a varios taxistas, finalmente optamos por uno con un Toyota Previa, que nos llevaba a los 5 por 60€, y con aire acondicionado. Ni lo dudamos. Además, el señor nos deleitó todo el camino con las historias de distintas amantes que tenía entre Agra y Delhi, por lo que nos mantuvo entretenidos largo rato.

Como Maharajas - De Agra a Delhi
A eso de las 11 de la noche llegamos a Delhi, y nuestro chofer nos dejó en una zona de hoteles. Tras tantear varios, optamos por uno que no tenía mala pinta, y que sobre todo no pegaba a la autovia, total, los precios eran muy similares. Nos fuimos pronto a la cama, al día siguiente volábamos a Mumbai.

Continua en India y Nepal (3)

No hay comentarios:

Publicar un comentario