Portugal

- Fecha: Del Viernes 26 de Febrero al Lunes 1 de Marzo de 2010 (4 DIAS)
- Paises: España y Portugal.
- Ciudades Visitadas: Salamanca, Coimbra, Lisboa, Faro.
- Medio de Transporte: Coche (BMW 320Cd), Tranvia.
- Acompañantes: Palma
- Sonaba en la radio: All the right moves, Más & Rude boy.
- Presupuesto aproximado: 250€

El Itinerario


Mapa de la ruta

Una vez realizado el viaje a Marruecos, me fui olvidando de la necesidad de buscar un grupo de personas para hacer un viaje, con dos nos bastábamos. Por ello, tras tantear a varias personas y confirmar que no estaban por la labor de apuntarse, empezamos a preparar el puente de febrero.

El destino elegido en este caso, fue el otro país que está pegando a España y al que tampoco le había hecho mucho caso hasta la fecha, a pesar de estar a menos de 5 horas en coche desde Granada. Palma si lo había visitado en alguna ocasión pues tiene familiares en Oporto, pero no había visitado la capital. En mi caso, lo más cerca que había llegado era a Huelva o Salamanca pero no había cruzado la frontera.

Los viajeros
Tras plantearnos varios itinerarios, decidimos hacer una ruta circular, comenzando por el norte del país y bajando hasta la costa sur. En esta ocasión, y a diferencia del viaje a Marruecos, si decidimos reservar los hostales, pues no sabíamos si íbamos a encontrar Lisboa demasiado concurrida siendo puente. Con todo atado, optamos por llevar mi coche para alternar un poco.

DIA 1

En mi caso, el puente de Febrero de 2010 fue un día más largo, por lo que, hube de esperar a que Palma saliera de currar al mediodía para ponernos en camino. Comimos en Granada y a eso de las 5 de la tarde nos fuimos hacia la primera parada del viaje: Salamanca.

Camino a Salamanca



En alguna parte cerca de Madrid, cambiamos de conductor, y para cuando llegamos a la ciudad leonesa eran casi las 11 de la noche. Por suerte, teníamos reserva en El Rincon de Sito, un hostal cercano a la Plaza Mayor, así que tras dejar el coche en una calle cercana, dejamos las maletas y nos echamos a la calle a buscar un lugar donde cenar.

A pesar de ser viernes noche, como era puente y Salamanca es una ciudad estudiantil, no había mucho ambiente, habíamos hecho un viaje bastante largo, y para colmo, estaba lloviendo, por lo que decidimos recogernos pronto para poder aprovechar el día siguiente.

DIA 2

Tras desayunar cerca del hostal, y dejar nuestro equipaje en el maletero del coche, nos lanzamos a explorar la ciudad. 

Un paseo por Salamanca
Primero nos acercamos a la Plaza Mayor, y luego nos acercamos a la Catedral.

Catedral - Salamanca
Una vez hecha la visita, nos acercamos a la universidad, y por casualidad, pasamos a un patio con un pozo en medio, que resultó ser el Hospital de Estudio.

Hospital de Estudio - Salamanca
Luego, tras localizar a la rana en la fachada y visitar la Casa de las Conchas, pasamos por el Puente Romano. 

Puente Romano - Salamanca
Desde el que se obtienen unas buenas vistas de la ciudad sobre el Rio Tormes.

Rio Tormes - Salamanca
Tras tomar unos pinchos para almorzar, volvimos al coche y nos fuimos al país vecino, que se encontraba a poco más de una hora de camino, aunque la primera parada programada se encontraba un pelín más lejos, pues Coimbra está a más de 300km.

Camino de Coimbra
Nada más cruzar la frontera, ya comencé a experimentar la agresividad que caracteriza a los conductores lusos, pegándose al paragolpes trasero a altas velocidades para adelantar. Esto sumado a que el día se había oscurecido bastante, llegando a la lluvia, hacía la conducción más estresante.

Plaza del Comercio - Coimbra
Finalmente, a eso de las 6 de la tarde, aparcamos el coche cerca de la Plaza del Comercio, y comenzamos a patear la ciudad, aunque fuera un par de horas, ya que no teníamos mucho tiempo y tampoco queríamos llegar muy tarde a Lisboa.

Catedral Románica - Coimbra
Primero visitamos el interior de la Catedral Románica, aprovechando que estaba lloviendo. Cuando escampó un poco, comenzamos a subir las estrechas calles del casco antiguo hasta la antigua universidad en lo alto de la ciudad. 

Subiendo a la universidad - Coimbra
A pesar de que el día no ayudaba mucho, la subida entre casas con fachadas de diferentes colores, le daba un aspecto bastante alegre a la ciudad. Finalmente, aparecimos en la plaza de la universidad.

Universidad Antigua - Coimbra
Desde allí se consiguen unas vistas espectaculares de la ciudad.

Coimbra desde la Universidad Antigua
Y también, por el otro extremo de la plaza, del Rio Mondego, que atraviesa la ciudad.

Rio Mondego - Coimbra
Tras tomar las fotos de rigor, bajamos de vuelta al coche, aun nos quedaban varias horas de camino hasta Lisboa, y aunque teníamos hostal no queríamos llegar muy tarde.

Volviendo a Plaza del Comercio - Coimbra
En alguna parte del camino, y para cumplir con los tópicos, localizamos una tienda de toallas, cosa que aun no habíamos visto, y que en teoría es uno de los productos identificativos del país.

Tienda de toallas - Portugal
A las 8 y media volvimos a coger carretera para llegar a la capital, en este caso, fuimos bastante más tranquilos, pues el tráfico había disminuido, así que en menos de dos horas estábamos en el centro de Lisboa.

Tras probar suerte en un par de parkings subterráneos y ver los precios abusivos, decidimos alejarnos un poco del centro y aparcar en la calle, concretamente en la Avenida Almirante Reís, entre Martim Moniz e Intendente. Por ello dejamos las cosas en nuestro hostal, el Rossio, que estaba en plena plaza del Rossio, y nos fuimos abusar aparcamiento. La zona en la que dejamos el coche no me daba muy buena espina, aun así, tras tomar las precauciones necesarias, volvimos al centro a disfrutar de la noche portuguesa.

Noche en el Barrio Alto - Lisboa
Sorprendentemente, la marcha en el barrio alto era increíble, así que fuimos visitando distintos pubs en las cuatro calles perpendiculares en las que se movia todo el mundo.

Noche en el Barrio Alto - Lisboa
En esa zona, lo de menos es el local que visites, puesto que todo el mundo se mueve en la calle, no hay restricciones en cuanto a la contaminación acústica, y las copas son escandalósamente baratas, por lo que la diversión está asegurada.

Noche en el Barrio Alto - Lisboa
Pasadas las dos de la mañana, cuando la cosa flojeaba, volvimos al hostal, y localizamos un aparcamiento justo en la parte trasera, así que decidimos ir a por el coche. Por desgracia, cuando llegamos lo encontramos abierto, sin señales de haber sido forzado, posiblemente con un mando detector de frecuencia. Rapidamente, nos quitamos de en medio, pues efectivamente, a esa hora de la noche el barrio tenía bastante peor aspecto, y una vez aparcados tras el hostal, descubrí que me habían robado el iPod. Una pena irnos a dormir con tan mal sabor de boca tras haber pasado una noche tan agradable.

DIA 3

Tras tomar el rico desayuno del hostal, salimos a evaluar si se habían llevado algo más del coche, aparecieron los mandos del garaje bajo las alfombrillas y las llaves de casa tras el asiento. Más tranquilo, nos lanzamos a aprovechar el día en la capital.

Subiendo por Chiado - Lisboa
Pasando el Barrio Alto, que habíamos conocido con un aspecto mucho más animado la noche anterior, nos adentramos en el barrio bohemio de Chiado, que tenía muy buena pinta, y se encontraba bastante animado.

Convento Do Carmo - Lisboa
Primero nos dejamos caer por el Convento Do Carmo, de camino a lo más alto del barrio.

La Baixa - Lisboa
Más tarde, llegamos a la zona del elevador de Santa Justa, desde donde se obtienen unas vistas excelentes de todo el barrio de Baixa.

Elevador de Santa Justa - Lisboa

De hecho, es una manera de subir a lo alto de Chiado desde Baixa, pero es altamente recomendable perderse por las calles y acabar dando con el mirador.

Vistas desde el Mirador de Santa Justa - Lisboa
De ahí fuimos bajando por otro lado, hasta que dimos con la Catedral de Lisboa.

Catedral - Lisboa
Pasamos al interior, y porsteriormente nos dejamos caer por el Largo de Chiado, la plaza principal del barrio, donde decidimos coger el tranvia 28.

Largo de Chiado - Lisboa
El famoso "amarelo", como se conocen los tranvías en la ciudad, nos llevó hasta el barrio de Alfama. Podíamos haber continuado hasta el Castillo de San Jorge, pero preferimos apearnos en otro de las zonas míticas de la ciudad.

Tranvia 28 - Lisboa
Una vez en Alfama, nos bajamos y comenzamos a subir otra vez cuestas. El barrio es radicalmente opuesto al de Chiado, con la ropa colgando de los tendederos en los estrechos callejones, y mucho menos concurrido.

Barrio de Alfama - Lisboa
Una vez en el mirador de Santa Luzia, estuvimos un rato descansando disfrutando de las vistas que ofrece.

Mirador de Santa Luzia - Lisboa
Por desgracia, el dia se estaba ennegreciendo más de la cuenta, así que bajamos hasta el puerto, y comimos en un restaurante de menú que se encontraba por la zona. Por desgracia, al salir nos calló un chaparrón, por lo que tuvimos que ir de vuelta al hostal, a cambiarnos y hacer un parón, hasta que el clima nos dio un poco de tregua.

A eso de las 7  de la tarde, volvimos a echarnos a la calle. Allí dimos una vuelta por la Plaza del Rossio, y tomamos la tradicional Ginjinha en el café A Ginjinha, que estaba lleno de lugareños, a pesar de ser bastante turístico.

Plaza del Rossio - Lisboa
Bajamos hasta la Plaza del Comercio, y sorprendentemente, de camino nos ofrecieron en un par de ocasiones todo tipo de drogas, a plena luz del día. Es la parte de Lisboa que no sale en los reportajes turísticos. Luegos volvimos a pasear por Baixa al anochecer.

La Baixa - Lisboa
La ciudad en domingo no tenía nada que ver con lo que nos encontramos la noche anterior, incluso volviendo al barrio alto. Allí, siguiendo las vías de un tranvía en cuesta, fuimos a dar con el "Elevador Do Lavra", uno de los tres funiculares que conectan Baixa con el Barrio Alto.

Elevador Do Lavra - Lisboa
En lo alto dimos con el Largo de Anunciada, que coronaba la pendiente. Tras visitar un poco la zona, volvimos a la parte en la que habíamos estado la noche anterior de marcha, pero por supuesto, no encontramos ni rastro de la marcha de la noche anterior.

Cenando en el Barrio Alto - Lisboa
Por ello, tras comparar varios, fuimos a cenar a un restaurante de la zona que tenía pescado fresco a precios bastantes asequibles. 

Un digestivo tras la cena - Lisboa
Luego nos tomamos un par de copas y a eso de las 12 volvimos a casa, ya que al día siguiente teníamos un largo camino de vuelta.

DIA 4

Amanecimos con una mañana muy soleada, una pena no haberlo pillado el día anterior. Nos despedimos de nuestro barrio y pusimos rumbo a la zona que nos faltaba por ver: Belem.

Plaza del Rossio - Lisboa 
Resultó que quedaba bastante alejado de donde nos habíamos movido, por lo que nos alegramos de haber cogido el coche. En menos de 10 minutos llegamos a una de las mayores atracciones de Lisboa, La Torre de Belem.

Torre de Belem - Lisboa
Como teníamos el tiempo contado, no nos molestamos en subir a lo alto, simplemente nos dedicamos a pasear por los alrededores.

Souvenirs en Belem - Lisboa
Visitamos varias tiendas de souvenirs y acabamos cogiendo el coche para poner rumbo al sur. Por suerte pudimos atravesar el Puente 25 de Abril, uno de los puentes más espectaculares y el más largo de Europa.

Puente 25 de Abril - Lisboa
Aunque no había estado en el Golden Gate de San Francisco, se parece mucho a lo que había visto en las películas, y resultó que había sido construido por la misma empresa.

Puente 25 de Abril - Lisboa
Tras dos horas de camino, llegamos a Faro, que se parece bastante a cualquier otra ciudad costera andaluza. Consecuentemente, en esa época del año, no estaba muy concurrida.

Cidade Velha - Faro 
Paseamos un rato por la Marina y el Casco antiguo, pero en poco tiempo, nos acercamos a comer al restaurante Fin do Mundo, donde disfruté de un pollo al piri para despedirme del país vecino. Tras el café, nos pusimos de camino a Granada, ya que nos quedaban casi 5 horas de camino hasta llegar a casa.

Saliendo de Portugal
A eso de las 10 de la noche, estábamos cada uno en nuestra casa, tras un viaje bastante aprovechado, en el que saque una ligera idea del país que colinda con el nuestro.

De vuelta en casa - Restabal
    "Un viaje menos improvisado que la incursión en Marruecos que habíamos hecho dos meses antes. En cierto modo, el robo en el coche no empañó la buena impresión que me llevé de Portugal, y menos aún cuando después me enteré que lo había ido a dejar aparcado en la zona menos recomendable del centro. Precios asequibles y una cocina bastante parecida a la española aunque con un carácter propio hacen la visita al país vecino algo obligatorio. Por desgracia, la delincuencia y la pobreza están bastante visibles en muchas zonas de la capital, por lo que hay que andarse con mil ojos a la hora de hacer el turista".



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