- Fecha: Del Jueves 31 de Octubre al Lunes 4 de Noviembre de 2013 (5 DIAS)
- Paises: España, Marruecos y Gibraltar.
- Ciudades Visitadas: Ceuta, Marrakech, Agadir, Essaouira y Gibraltar.
- Medio de Transporte: Barco y Coche (Citroen C4).
- Acompañantes: Palma.
- Presupuesto aproximado: 250€
Mapa de la Ruta |
Marrakech era un destino que se antojaba llamativo desde hacía tiempo. En un viaje anterior a Marruecos no habíamos pasado de Casablanca al sur, pero si habíamos sacado algo en claro: Las carreteras principales del país, al menos las que conectaban las ciudades imperiales, no tenían nada que envidiar a las españolas, y los peajes eran irrisorios.
Lo que aun no teníamos muy claro era como plantarnos en Marrakech, ya que no está precisamente cerca del Estrecho de Gibraltar, 650km la separan de Ceuta, lo cual es un tirón en coche. Sopesamos coger un avión desde Sevilla, pero eso nos dejaba con las manos atadas en cuanto a movilidad, limitándonos a pasar los 3 días en la misma ciudad, lo cual no encajaba en nuestros planes.
Finalmente, aprovechando que el puente de noviembre se presentaba bastante largo, con al menos 4 días festivos, decidimos que lo mejor era embarcar el coche hasta Ceuta y tomarnos con calma la ida y la vuelta. Una vez allí, ya decidiríamos hasta donde llegar en caso de querer bajar más al sur o visitar alguno de los parques naturales cercanos.
El casco antiguo de Marrakech es un peligro, pero no porque te puedan atracar o porque sientas inseguridad, porque hay decenas de motoristas kamikazes que en ningún momento aminorarán la marcha circulando por los estrechos callejones.
Tras unos cinco minutos por las estrechas callejuelas, desembocamos en lo que es sin duda el mayor atractivo turístico de la ciudad.
A los pies de la Mezquita Kutubía, la Plaza Jamaa el Fna se extiende rodeada por todos los lados, excepto por uno, por la medina.
La plaza es un espacio cultural, reconocido por la UNESCO desde el 2008, donde se juntan vendedores ambulantes de todo tipo.
Al mismo tiempo, en pequeños círculos se realizan danzas típicas de la zona al igual que actuaciones musicales.
Al hacer una de las fotos, la bailarina se me acercó a "obligarme" a que dejara un donativo, mostrándose enfadada por la foto robada. Pagué sin dudar, pues no tenía ganas de dar la nota.
Siguiendo el flujo de gente, nos introdujimos en el Zoco, creyendo que a esa hora estaría a punto de cerrar.
Y nada más lejos, se encontraba en plena ebullición, atestado no solo de turistas, sino de lugareños que hacían las últimas compras del día.
Es posible encontrar de todo en el Zoco de la ciudad, desde todos los modelos imaginables de babuchas a artículos de segunda mano, pasando por gorros y alfombras.
Estuvimos perdiéndonos entre los puestos durante un par de horas, la actividad era frenética, incluso en los callejones más estrechos.
Desembocamos en la Rue Beni Marine que está llena de restaurantes y cafeterías, se ve que ahí se concentra la marcha nocturna de la ciudad.
Y fue entonces cuando reparamos en que no nos podríamos echar la cerveza de turno puesto que no era algo común de encontrar en Marrakech.
Los pocos lugares que la servían la ofrecía a precios prohibitivos por encimas de los 7€, y tampoco es que tuviéramos tanta necesidad.
Tras tomarnos un par de refrescos, regresamos a la plaza pues queríamos cenar en algunos de los tenderetes que ofrecían multitud de productos del país.
De hecho, cada uno de los tenderetes era un pequeño restaurante que tenía asignado su propio número y hasta su nombre.
A diferencia de las bailarinas, los dueños de los restaurantes te incitaban a que tomaras fotos de su puesto, y te ofrecían pequeñas degustaciones.
Nos ofrecieron unas tapitas de aceitunas, y nos decantamos por unas brochetas de cordero y de pollo, por un precio irrisorio.
Tras la cena, dimos una última vuelta por la plaza, y nos llamó la atención una multitud que se arremolinaba con lo que parecían cañas de pescar alrededor de botellas.
Se trata de un juego clásico en el cual las cañas tienen una arandela en lugar de anzuelo, que con habilidad hay que meter a través del tapón de la botella.
El premio, si consigues meter la arandela, es la botella. No le veíamos mucho sentido, pero debe ser algo típico, pues no solo los turistas echaban el rato de esa guisa.
Para las 12, volvimos al Riad, y aunque el ambiente de la plaza no había decaido, si lo había hecho por la medina, que se encontraba bastante más tranquila.
Decenas de gatos habían aprovechado para salir a recoger todo lo que había quedado de la bulliciosa actividad de todo el día.
Al llegar al hostal, nos ofrecieron una cachimba con tabaco frutal, obsequio de la casa, una buena forma de relajarse para terminar el agitado día.
Un terremoto en 1960 acabó con casi toda la ciudad, causando mas de 5000 muertos. La ciudad se reconstruyo a unos dos kilómetros del epicentro.
Nosotros subimos a lo alto de la Kasbah, donde se encuentra un mirador desde donde se puede apreciar como ha crecido la ciudad, teniendo en cuenta que casi se empezó de cero hace 50 años.
Lo que aun no teníamos muy claro era como plantarnos en Marrakech, ya que no está precisamente cerca del Estrecho de Gibraltar, 650km la separan de Ceuta, lo cual es un tirón en coche. Sopesamos coger un avión desde Sevilla, pero eso nos dejaba con las manos atadas en cuanto a movilidad, limitándonos a pasar los 3 días en la misma ciudad, lo cual no encajaba en nuestros planes.
Los Viajeros |
DIA 1
De nuevo utilizaríamos el C4 de Palma para hacer el viaje, por temas de consumo sobre todo. Salimos después de almorzar en Granada, con la idea de estar en Ceuta para la hora de cenar.
Un trayecto sin novedades, llegamos a Ceuta para la hora acordada, y después de aparcar el coche en casa y saludar a mis padres, nos echamos a la calle para cenar algo.
La ciudad se encontraba bastante ambientada, al día siguiente era el día de la mochila, así que tras la cena no tuvimos más remedio que echarnos unas copas, aunque al día siguiente nos tendríamos que levantar a las 6:30 de la mañana.
Una vez nos acicalamos, nos echamos a la calle, y a pesar de que había casi anochecido, la vida en la medina estaba más agitada que cuando llegamos.A7 - Málaga |
Vistas desde el barco - Ceuta |
DIA 2
A la hora acordada estábamos en camino. Eso sí, obligatoriamente tendríamos que desayunar en alguna parte antes de pasar la frontera.
Desviándonos un poco de camino a la frontera, hicimos una parada en el antiguo puerto deportivo para sentarnos en el Musa.
Para ser noviembre el tiempo nos estaba respetando bastante, pues hacía un día casi veraniego sin apenas viento, supusimos que eso sería un inconveniente conforme nos acercasemos al sur.
Pasamos la frontera sin mayor inconveniente a esa hora de la mañana, y nos pusimos en camino atravesando la N16.
La carretera nacional atraviesa la cordillera de Jebel Musa, también conocida como "La Mujer Muerta" desde el lado Ceutí.
Y de ahí a Tanger, Casablanca, y gradualmente fuimos dejando atrás la vegetación y comenzó a aparecer un paisaje más desértico, a la vez que subía la temperatura.
Las casi 7 horas de viaje se pasaron volando, hay que admitir que las carreteras de pago del país vecino son un placer para conducir, sin apenas un bache.
Eso si, hay que andarse con cuidado pues los radares acechan en cada uno de los puestos de peaje, para pillar al conductor en la reducción de 120 a 100 o a 80.
Cuando llegamos a Marrakech nos encontramos con un auténtico desierto rodeando la ciudad, hasta que siguiendo el GPS llegamos al centro, donde aparcamos y fuimos directamente a almorzar.
Además para colmo, habíamos recuperado una hora, por lo tanto eran poco más de las 2 de la tarde, una hora perfecta. Pedimos un par de platos, en mi caso un Cus Cus que no me pude terminar por su tamaño, porque estaba de escándalo.
Como primera impresión, al acercarnos a la medina, nos encontramos con una acumulación de basura importante, lo que impactaba bastante, siendo una de las ciudades más turísticas del país.
Pero al intentar localizar en el mapa el hostal, el Riad Rouge, descubrimos que estábamos en la otra punta de la medina. Seguramente nos encontraríamos en una parte menos transitada de la ciudad, pues la medina tiene dimensiones monstruosas.
Por eso, aparcamos el coche más cerca y volvimos andando a adentrarnos en las murallas. El hostal era imposible de encontrar, así que le preguntamos unos chavales, nos llevaron y al llegar a la entrada, los dueños nos metieron dentro sin posibilidad de darles propina, por lo que se cabrearon bastante y se liaron a patadas contra la puerta.
Debido a tal bienvenida, la impresión fue bastante mala. No obstante, en menos de un minuto, el dueño nos estaba obsequiando con un te con pastas y pidiéndonos disculpas por lo acontecido.
Se ve que estaban hartos de que los falsos guías atosigaran a los turistas, y tomaban esas medidas tan drásticas, que era el día a día. Quizá con unos carteles que indiquen el camino se solucionaría el problema.
Una vez acomodados en la habitación, pudimos apreciar el pedazo de hostal que habíamos elegido, siendo un patio abierto con habitaciones en tres plantas y hasta dormitorios al aire libre.
Musa - Ceuta |
Amanecer - Ceuta |
Muelle España - Ceuta |
Jebel Musa - Fnideq |
Jebel Musa - Fnideq |
Way to Marrakech - Morocco |
Way to Marrakech - Morocco |
Periferia - Marrakech |
Cus Cus - Marrakech |
Afueras de la Medina - Marrakech |
Medina - Marrakech |
Medina - Marrakech |
Riad Rouge - Marrakech |
Riad Rouge - Marrakech |
Atardecer desde Riad Rouge - Marrakech |
Riad Rouge - Marrakech |
Medina - Marrakech |
Jamaa el Fna - Marrakech |
Jamaa el Fna - Marrakech |
Venta de lamparas - Marrakech |
Baile Regional - Marrakech |
Especias - Marrakech |
Zoco - Marrakech |
Zoco - Marrakech |
Zoco - Marrakech |
Zoco - Marrakech |
Zoco - Marrakech |
Rue Beni Marine - Marrakech |
Rue Beni Marine - Marrakech |
Rue Beni Marine - Marrakech |
Jamaa el Fna - Marrakech |
Chez Mohamed - Marrakech |
Tapeo - Marrakech |
Brochetas - Marrakech |
Jamaa el Fna -Marrakech |
Jamaa el Fna - Marrakech |
Jamaa el Fna - Marrakech |
Gato en la Medina - Marrakech |
Shisha - Marrakech |
DIA 3
Los colchones eran más cómodos de lo que parecían, y por suerte había refrescado durante la noche, por lo que dormir no fue mayor problema.
A las 8 ya estábamos desayunados y recorriendo las desiertas calles de la medina hasta localizar el coche.
Para las 8:30 estábamos en camino, entre los típicos taxis marroquíes, buscando la autopista de pago para recorrer los 250km que nos separaban de Agadir.
El paisaje se iba haciendo aun más desertico conforme nos acercábamos al sur, y a esa hora de la mañana la autopista estaba prácticamente vacía.
Eso hizo que nos despistáramos un poco y pasáramos uno de los discos de 80 a 90, cayendo en un radar. Eso si, con fotografía incluida, nada de los timos que suelen meter en la zona norte. Pagando 30€ volvíamos a estar en camino.
Agadir resultó ser una pequeña Marbella marroquí. Con una playa de película, la ciudad parece estar diseñada para el turista.
La playa de arena fina invitaba darse un baño, pues los cerca de 40 grados a los que nos encontrábamos nos habían pillado de sorpresa.
Pero lo descartamos porque la perspectiva de estar el resto del día con el salitre en el cuerpo no era muy llamativa.
Como curiosidad, la ciudad antigua se encontraba construida en lo alto de un monte, en cuya ladera se puede leer en letras gigantes "Dios, Patria y Rey", con su propia iluminación nocturna.
Riad Rouge - Marrakech |
Medina - Marrakech |
Moroccan Taxi - Marrakech |
Way to Agadir - Morocco |
Agadir - Morocco |
Playa - Agadir |
Playa - Agadir |
Dios, Patria y Rey - Agadir |
Kasbah - Agadir |
Puerto de Al-Massira - Agadir |
Vistas desde la Kasbah - Agadir |
La subida es recomendable hacerla en coche, ya que hay un paseo andando, pero puede durar más de 45 minutos.
Camellos en la Kasbah - Agadir |
Una vez arriba, encontramos los vendedores ambulantes de turno y algunos lugareños ofreciendo paseos en camello por unos pocos dirhams.
Restos de la Kasbah - Agadir |
De todas las formas, vale la pena dar un pequeño paseo por los alrededores para hacerse una idea de las antiguas dimensiones de la ciudad.
Marina - Agadir |
Para terminar la visita, nos dimos una vuelta por la Marina de la ciudad, un puerto deportivo donde se puede uno imaginar el nivel de vida que se mueve en la ciudad con sus lujosos yates.
Marina - Agadir |
Un par de refrescos (nada de cerveza) y unos sandwiches a precio europeo fue lo que tomamos para almorzar en el sitio más exclusivo de Agadir.
Marina - Agadir |
Con el estómago lleno, estábamos dispuestos a completar el circulo regresando al norte a la misma altura de Marrakech, pero en esta ocasión por la costa, por la N-1, para llegar a Essaouira.
N-1 - Agadir |
Y durante los primeros 50 kilómetros, la carretera parece sacada de una película, con espectaculares playas que van quedando a la izquierda.
N-1 - Agadir |
No tuvimos más remedio que parar en algún punto de camino para fotografiar los impresionantes acantilados que íbamos bordeando.
N-1 - Agadir |
Incluso nos íbamos encontrando con grupos de camellos que descansaban en las playas, que aparentaban ser bastante vírgenes.
N-1 - Agadir |
Pero cuando comenzamos a internarnos en la montaña y fuimos perdiendo las cadenas canarias que nos iban llegando a la radio del coche, nos dimos cuenta de que nos estábamos metiendo en el Marruecos profundo.
N-1 - Agadir -Essaouria |
El paisaje se iba llenando de plantas de Argan y la carretera comenzaba a empeorar, con baches y curvas en las que había que estar más que atento.
Cabra en arbol - N-1 - Agadir - Essaouira |
Especialmente por las cabras y los camellos, que iban apareciendo cuando menos lo esperábamos, hasta en lo alto de los árboles.
Cabras - Agadir -Essaouira |
Y tras más de dos horas de camino, por fin llegamos a Essaouira, una localidad muy apreciada por los surferos que se encontraba muy animada a esa hora de la tarde.
Playa - Essaouira |
La playa de Essaouira tiene más de 10km. de longitud, también de arena fina y a rebosar de kite-surfers.
Zumos Naturales - Essaouira |
Puerto pesquero - Essaouria |
Antes de adentrarnos en la medina, nos acercamos al puerto pesquero, donde las gaviotas se arremolinaban deseando pillar algo de la jornada de trabajo de los pescadores.
Puerto pesquero - Essaouira |
El límite del puerto pesquero lo marca uno de los baluartes de las murallas, al que se podía subir, pero había cerrado a las 6 de la tarde.
Baluarte - Agadir |
A la vuelta nos encontramos con varios puestos donde se podía comprar pescado fresco, todo muy tentador, si vives allí y tienes cocina, claro.
Marisco - Agadir |
A pesar de estar a poco más de 150km de Marrakech, el carácter de la pequeña ciudad costera tenía poco que ver con su hermana mayor.
Marisco - Agadir |
Y corroboramos eso en el momento en el que entramos a través de una de las puertas de la medina a la ciudad antigua, con un ambiente radicalmente opuesto a la bulliciosa Marrakech.
Medina - Marrakech |
Mientras paseábamos por las calles de la medina, las olas del Atlántico rompían contra las murallas exteriores, dando un carácter único a las calles repletas de comercios.
Medina - Marrakech |
Por supuesto que también estaba a reventar de turistas y tiendas de souvenirs, no obstante, el ambiente era mucho más bohemio que en otras medinas en las que he estado.
Medina - Marrakech |
En los puestos, que están integrados en la muralla, se vende desde muebles clásicos, a cuadros pasando por todo tipo de telas.
Medina - Essaouira |
Luego subimos por una pequeña cuesta hasta lo alto de la muralla, lo que parecía un pequeño mirador.
Skala de la Ville - Essaouira |
Fuimos a parar a la conocida como Skala de la Ville, donde obtuvimos unas vistas sobrecogedoras del atardecer en el Atlántico.
Vistas desde la Skala de la Ville - Essaouira |
Ademas de encontrarnos con una interesante colección de cañones de los siglos XIX y XX en muy buen estado de conservación.
Cañones en Skala de la Ville - Essaouira |
La visita estaba resultando sorprendente, sobre todo después de haber dejado atrás Agadir, una ciudad costera al más puro estilo turismo de alto standing.
Skala de la Ville - Essaouira |
Para abandonar la medina, dimos un rodeo para salir por la puerta más pegada al norte, y de camino encontramos otros puestos bastante más coloridos.
Colgantes - Essaouira |
Y al salir nos encontramos con el mercado, que aun seguía abierto y donde quedaban los restos de lo que no se había vendido durante el día.
Mercado - Essaouira |
Es en estos enclaves donde se nota las diferencias de exigencias de los países en cuanto a salubridad con los alimentos, pues la mayoría del pescado se encuentra sin ningún tipo de refrigeración, más allá de algunos hielos.
Mercado - Essaouira |
Para despedirnos, un anochecer sobre la playa principal de la ciudad que quitaba el hipo, listos para recorrer los 175 km de vuelta a Marrakech.
Anochecer - Essaouira |
Quizá lo peor del viaje fue ese trayecto, pues era una carretera nacional en cuyo arcén podíamos encontrar camellos, burros o simplemente transeúntes casi por mitad del carril, lo cual era bastante estresante.
Jamaa el Fna - Marrakech |
Llegamos justo para cenar algo en Jamaa el Fna y coger la cama con ganas, nos habíamos pegado casi 600km, pero había valido la pena.
DIA 4
Último dia en Marrakech. Desayuno en el hostal y las horas contadas para poder ver los puntos que nos quedaban.
Atravesar Marrakech al amanecer es una experiencia única. Es prácticamente el único momento para encontrar la ciudad vacía y los puestos cerrados.
Incluso el corazón de la ciudad, la Plaza Jamaa el Fna, sin sus puestos no es más que una gran explanada vacía que carece de todo encanto.
La primera parada, la Mezquita Koutoubia, anexa a Jamaa el Fna. Con un alminar calcado al de la Giralda de Sevilla.
Con 69 metros de altura, es la construcción más elevada de Marrakech, quedando prohibido construir cualquier edificio por encima de esas medidas.
Para colmo de comparaciones con Sevilla, a lo largo de los Jardines de la Koutoubia se encuentran coches de caballos disponibles para hacer tours por la ciudad.
Tras un breve paseo por los jardines, volvimos a atravesar la medina para visitar el siguiente enclave turístico.
Nos decidimos por el Palacio el Badi, situado en el otro extremo del zoco, y al que accedimos prácticamente los primeros.
Sin ser nada del otro mundo, la perspectiva que se crea con el estanque central, hace que la visita al palacio valga la pena. Se dice que los planos estaban inspirados en la Alhambra.
Amanece en la Medina - Marrakech |
Jamaa el Fna - Marrakech |
Mezquita Koutoubia - Marrakech |
Mezquita Koutoubia - Marrakech |
Mezquita Koutoubia - Marrakech |
Jardines de la Koutoubia - Marrakech |
Jardines de la Koutubia - Marrakech |
Palacio el Badi - Marrakech |
Palacio el Badi - Marrakech |
Palacio el Badi - Marrakech |
Palacio el Badi - Marrakech |
Especias en la medina - Marrakech |
Riad Rouge - Marrakech |
Jardines de la Menara - Marrakech |
Jardines de la Menara - Marrakech |
Jardines de la Menara - Marrakech |
Jardines de la Menara - Marrakech |
Y con la perspectiva de la Mezquita Koutoubiya dimos por finalizada la intensa visita al centro-sur de Marruecos, para la 1 estábamos emprendiendo en camino de vuelta.
Way to Ceuta - Morocco |
Aguantamos hasta que nos entró hambre a la altura de Rabat, a una hora un poco rara para almorzar, por lo que no sabíamos si encontraríamos algo abierto.
Avenue Mohammed V - Rabat |
Cerca de la avenida Mohammed VI localizamos una pizzería donde nos atendieron sin problemas, tras ello un café y de vuelta a la carretera.
Avenue Mohammed V - Rabat |
Era de noche cuando llegamos a la frontera, pero nos pararon en un control a la altura del Puerto de Tanger para comunicarnos que teníamos un foco fundido. Por suerte el "Mehani" no tenía ganas de mambo y nos dejó irnos sin más.
Casa de los Dragones - Ceuta |
Llegamos a casa solo para saludar y nos echamos a la calle a tomarnos unas tapas para celebrar el fin del viaje por Marruecos.
Café Miró - Ceuta |
Por descontado, antes de irnos a dormir, nos tomamos un par de copas en el Miró, para compensar que nos habían tenido sin alcohol durante la estancia en el país vecino.
DIA 5
Nos despedimos de mis padres, y a las 10 de la mañana estábamos cogiendo el ferry de camino a Algeciras, nos quedaba una visita pendiente en el viaje.
Palma nunca había estado en Gibraltar, y considerando que estábamos por la zona, no era mala idea pasar andando, para evitar las colas que se montan.
Tuve que utilizar el pasaporte, puesto que mi DNI no tenía el chip (se me había caído) y el policía llanito decidió que el documento estaba incompleto, haciéndome regresar al coche.
Nunca me acostumbraré a ver la pista de aterrizaje en mitad de la carretra de acceso a Gibraltara, con los transeúntes y coches esperando en un semáforo mientras el avión despega o aterriza.
Luego todo vuelve a la normalidad y el tráfico ser restablece como si nada hubiera pasado. Otra de las peculiaridades del peñón.
Optamos por subir andando lo que pudiéramos hasta el mirador de lo alto del peñón, pero después de un rato nos dimos cuenta de que iba a ser imposible.
Comenzamos a subir por Willis's Road hasta que llegamos a una barrera, allí un policía bastante amable nos explicó que solo podían pasar vehículos y personas autorizadas.
De vuelta a la península - Estrecho de Gibraltar |
Cola de entrada a Gibraltar - La Linea |
Esperando que despegue el avión - Gibraltar |
Despegando - Gibraltar |
Pista de Aterrizaje - Gibraltar |
Willis's Road - Gibraltar |
Vistas del Estrecho - Gibraltar |
Así que nos quedamos a la altura del Castillo Morisco, sitio al que nunca había llegado anteriormente y que ofrecía buenas vistas de la ciudad.
Moorish Castle - Gibraltar |
Hacía bastante calor, así que descartamos intentar subir por Queen's Road, ya que quedaba muy a trasmano. Nos limitamos a pasear por el centro.
Landport Tunnel - Gibraltar |
Volvimos a Casemates Square y enfilamos Main St, buscando un lugar donde echarnos unas pintas británicas.
Main St - Gibraltar |
Localizamos una terraza donde daba el sol y ahí pusimos el huevo. Tampoco teníamos gran cosa que hacer, pues habíamos quedado para comer con Vicente un par de horas después.
Pintas - Gibraltar |
Red Phone Booth - Gibraltar |
A la salida nos volvimos a encontrar un avión, esta vez aterrizando, de nuevo a esperar. En esta ocasión nos encontramos un avión de British Airways.
Aterrizando - Gibraltar |
Dejamos atrás este enclave tan curioso y nos vimos para almorzar con Vicente, un compañero del año anterior de La Zafra, que nos llevó a La Bodeguiya, un bar típico del centro de La Linea.
La Bodeguiya - La Linea |
Después del café, nos despedimos y dimos el último tirón hasta Granada, llegamos para las 8 de la tarde.
Fin del trayecto - Granada |
A lo tonto, nos habíamos metido entre pecho y espalda más de 2500km, a lo largo de la semana iríamos notando el desgaste, pero por lo pronto teníamos unas pocas horas para descansar antes de volver al trabajo.
"Después de la primera experiencia turística en Marruecos casi 4 años antes, nos habíamos quedado con las ganas de ir a las otras ciudades importantes del país. Un puente de 5 días era perfecto para ello, pero se nos volvió a ir de las manos el tema de los kilómetros, aunque en esta ocasión, valió la pena hacer el esfuerzo pues cada una de las ciudades era completamente distinta a las otras. Para colmo, visitar Gibraltar fue poner un broche de oro a un viaje lleno de contrastes."
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