Real 90 goes to Italy


- Fecha: Del Jueves 10 de Noviembre al Lunes 14 de Noviembre de 2005 (5 DIAS)
- Pais: España.
- Ciudades Visitadas: Milan, Venecia y Bérgamo.
- Medio de Transporte: Avion, Autobus, Tranvia, Metro y Tren.
- Acompañantes: Jose, Chavo, y Diego.
- Sonaba en la radio: Don't BotherPrecious & Wake me up.
- Presupuesto aproximado: 250€

El Itinerario:

Mapa de la ruta
Esta historia comienza en Julio, con Diego y yo en mi casa de Ceuta trasteando la página de Ryanair:

Diego: ¿Pero que hay en Frankfurt?
Yo: Da igual, son solo 39€
Diego: Pero en serio, ¿Que vamos a hacer alli? ¿Que hay?
Yo: No sé, da igual, vamos a comprarlo.
Diego: Tio, a dónde más se vuela desde Sevilla, mira a ver... Milán, a ver cuanto cuesta.
Yo: 39€ también.
Diego: Bueno, ¿pues, que hay en Milán?
Yo: Tampoco lo sé, pero suena mejor ¿no?
Diego: Es verdad, cómpralo. 
Yo: Vale, ¿quien más se podría venir? 
Diego: (ya con el móvil en la oreja) Chavo, nos vamos a Milán por 40€, ¿te vienes? En Noviembre.
Yo: ¿Que dice?
Diego: Que se apunta...

Y así fue. A Jose lo captamos por la tarde durante el partido de fútbol, y los demás ya se habían metido en el de Londres, por lo tanto, 4 era un número más que aceptable para plantarse en Italia. Este es el tercer y último viaje que planeé durante el verano para el último cuarto del 2005, junto a Londres y Salamanca, y ya que el único territorio fuera de España que conocía era UK, me moría de ganas por visitar cualquier otro pais Europeo para contrastar un poco, me daba igual que fuera Italia o Alemania. 

Los Viajeros
Una vez comprados los billetes, comenzamos a buscar alojamiento. El padre de Diego nos recomendó que nos hiciéramos con unos cheques de viaje llamados Bancotel. Venían en talonario, pero conseguimos una agencia de viaje que nos lo vendía de manera individual. Por lo tanto, por 50€ por cabeza nos hicimos con dos noches de hotel 4 estrellas, concrétamente en el Berna. Y con este panorama, dejamos el viaje aparcado, ya que aun quedaban 5 meses.

DIA 1

El punto de encuentro era Sevilla, ya que el vuelo salía desde allí. Mi hermana iba a proporcionarnos alojamiento, y a dejarnos en el aeropuerto, porque el vuelo salía muy temprano, y coincidía con la hora que ella entraba a trabajar. Jose y Chavo venían desde Ceuta, y Diego y yo, que viviamos en Granada, iriamos en Bus.

Esperando el bus urbano, en Camino de Ronda.

Habíamos quedado en coger buses para llegar a horarios similares a Sevilla, por lo que coincidimos a las 8 de la tarde en la estación. Allí estaba mi hermana Eva esperando, como era casi la hora de cenar, aprovechamos y dimos una vuelta por el centro comercial Nervión Plaza, para acabar cenando por ahí.

Centro Comercial Nervion Plaza
Ya a eso de las 11, fuimos a casa, en Alcalá de Guadaira. Como era Jueves, decidimos dar una vuelta por el pueblo a tomarnos unas copillas. 

Cada pueblo tiene su codigo de circulación
Después de tomarnos unos chupitos, y viendo que la cosa se iba a complicar, Diego y yo nos fuimos a dormir, pero dejamos a Chavo y Jose por ahí, con la promesa de que volverían a tiempo de coger el vuelo. 

En Alcala De Guadaira

DIA 2

Y llegaron, pero cuando ya estabamos casi preparados para irnos. Nosotros habíamos dormido al menos cuatro horas, suficiente para ir tirando. Recogimos las cosas y Eva nos llevó al aeropuerto. Tiempo de sobra para desayunar porque el vuelo no salía hasta las 11.

Aeropuerto de Sevilla
Finalmente a las 10:00 abrieron la facturación, dejamos una maleta cada uno y prodecimos a embarcar.

Embarcando
Por entonces cada vez que embarcaba en un avión llevaba un cojín del sofá de casa para echarme una siesta en el trayecto, es por eso que siempre me gusta quedarme con la ventanilla, para poder apoyar la cabeza. Con el tiempo he ido perdiendo esa costumbre, ya no soy capaz de pegar ojo en ningún transporte público.

Tras cerca de 3 horas de vuelo aterrizamos en el aeropuerto Orio Al Serio, en Bérgamo, a 64 km de Milán. Primera impresión, que era muy parecido a España. Siempre me fijo en el parque móvil allá donde voy, y sin contar el exceso inusual de Fiat, podría haber estado en la terminal de llegada de cualquier aeropuerto español. 

Aeropuerto Orio Al Serio
Cogimos el Bus a Milano F.S. que si no recuerdo mal, nos costó unos 10€, un poco caro para la distancia recorrida, pero nos dejaba en la estación central que estaba a muy poca distancia de nuestro hotel. 

Hotel Berna
Al llegar estábamos convencidos de que habría algún tipo de problema, porque el hotel resultó ser mejor de lo esperado y nos había costado muy barato, pero todo fue sobre ruedas y dejamos las cosas en la habitación para echarnos a la calle cuanto antes. 

Fuimos andando a la impresionante estación central de Milán, con la idea de coger el Metro hacia el Duomo, monumento más representativo de la ciudad.
Milano Centrale
Más tarde descubrimos que podríamos haber llegado andando, pero así por lo menos nos hicimos una incursión en el metro milanes. Al salir nos encontramos con la impactante imagen de la plaza del Duomo con la impresionante fachada de la catedral... en obras. 

Plaza del Duomo
De todas maneras la plaza está rodeada de sitios que ver, quedando a la izquierda la galería Victtorio Emanuele II, y en el centro la estatua ecuestre. Pasamos al Duomo, que a diferencia de cualquier iglesia de Roma, es gratuita, y no tiene nada que envidiar a las de la capital.

Catedral de Milan
Para colmo dejan hacer fotografías, lo cual es de agradecer, aunque ahora piden 2€ como donativo simbólico.

Al salir, nos dejamos llevar por las tradiciones de la zona para los turistas, y pagamos por un poco de maiz para que nos rodearan las palomas. Algo bastante asqueroso, la verdad.

Con las palomas milanesas
Posteriormente, nos acercamos a la galeria, con sus tiendas de lujo, llamandonos la atención especialmente la dedicada a merchandising de  Mercedes.

Galeria Vitorio Emanuelle
Luego subimos a lo alto de la galeria, desde la que se aprecia casi toda la plaza del Duomo y sobre todo los laterales del templo.

Lateral Catedral de Milan
Después de zanganear un rato más por las tiendas, pusimos rumbo al Castillo Sforzesco, que se encuentra a una distancia razonablemente cercana a la plaza. Al llegar nos encontramos por primera vez con los tipicos Gelatos Italianos, en la Plaza Castello, justo en la puerta del castillo. A pesar de que hacía frio, con esa presencia, fue obligatorio probarlos.

Gelato Italiano
Entramos al castillo, que se encuentra completamente reformado. Queda poco de lo que era originalmente, pero aun así es agradable pasear por sus patios diáfanos, que dan paso al Parque Sempione. Se nos estaba haciendo de noche, no habiamos caido en que Milan queda mucho más al norte de Granada y que en invierno, a las 5 ya casi ha oscurecido. Aun así atravesamos el parque y llegamos al Arco de la Paz, donde descansamos unos minutos.

Arco de la Paz
Planteamos visitar San Siro, el campo del Inter, pero fuimos incapaces de localizarlo en el mapa, además seguramente estaría cerrado, y para verlo desde fuera tampoco motivaba mucho comprar un par de tickets de metro, por lo que decidimos que lo mejor era empezar a planear la noche.

Para volver a la zona del hotel, decidimos coger uno de esos tranvias que recorren la ciudad.

Tranvia Milanes
Dicen que son los originales de hace más de 50 años, pero se conservan francamente bien. Tras un corto trayecto, paramos en un super para hacer una compra para cenar algo en la habitación del hotel, con la idea de poder adaptarnos a los horarios de ocio nocturno en Milán. Finalmente optamos por unos sandwiches.

El Chavo estaba cansado y decidió no salir. El resto nos tomamos unas copas en la habitación para ir entonandonos. Luego nos acercamos al local más de moda que nos había dicho el recepcionista del hotel. Se ve que no le hicimos mucha gracia al portero porque nos rechazó con un rotundo "Spagnolo No". Y así tuvimos que buscar un plan alternativo. Tras dar un par de vueltas, estuvimos en un pub cercano, que parecía de ambiente, pero nos valió para echarnos unas copas antes de irnos a dormir a una hora prudente.

DIA 3

Comenzamos el dia con el plan de ir a Venecia, ya que habíamos visitado los puntos más turísticos de Milan el primer dia. Diego y Chavo no estabán muy convencidos, ya que iba a ser una paliza, pero Jose y yo estabamos decididos. Había leido tanto sobre Venecia, que teniendola tan cerca (relativamente) me parecía un crimen dejarla escapar, y no tenía ni idea de cuando volvería a Italia. Tras analizar pros y contras todos nos apuntamos, pero antes había que desayunar.

¿Buffet Libre?
Teniamos entendido que con la habitación teniamos incluido el desayuno, por lo que sin dudarlo, nos metimos en el buffet libre y comenzamos a arrasar. A mitad de camino nos dimos cuenta que estábamos equivocados, costaba 12€ por cabeza. Puede parecer una ridiculez, pero con el presupuesto tan ajustado que llevabamos, era un palo, por lo que decidimos hacernos unos bocatas para el camino y sobre todo, llenar los bolsos con tarrinas de Nutella, que nos iban a ser muy útiles en nuestra excursión. 

A las 11:30 cogimos el tren, que nos costó relativamente barato, unos 25€, y tardamos unas 4 horas en atravesar el norte de Italia. 

Tren a Venecia
El tren era bastante comodo, y estuvimos hablando todo el camino, pensando que nadie entendía español. Que ilusos. Las chicas de los asientos de atrás se despidieron en nuestro idioma al llegar a Venezia. Impresionante atravesar el puente casi al nivel del mar que une la isla con Mestre, una imagen que no olvidaré en la vida.

Puente Via Libertá
Para los que hayais estado en Venecia, no hace falta que de muchos detalles de lo que supone visitar por primera vez esta ciudad. Sin duda, solo decir que valió la pena gastar el precio del billete. 

Estación Santa Lucia (Venecia)
Lo primero, mirar a que hora volvía el tren a Milan, era donde teníamos el hotel, y pagar una noche en otro sitio no estaba dentro de las posibilidades. Primer chasco, solo teniamos dos horas para ver Venecia. Después de mucho indagar, descubrimos que había otro tren que no aparecía en los carteles, por el que pagando 5€ más tendríamos coche cama, y que salía a las 20:30, lo que nos daba 5 horas de margen. Compramos el billete y nos fuimos a patear.

El mayor atractivo de Venecia es poder dedicarse a perderse por las calles sin rumbo fijo, y eso fue lo que hicimos. Nos dedicamos a seguir los carteles que indicaban dirección Plaza de San Marcos. 

Canal Veneciano
Fuimos parando en cada canal, cada puente y cada tienda de mascaras venecianas como si fuera la primera que veíamos. Nunca habíamos visto una ciudad así en nuestras vidas. 

Tras hora y cuarto de pateo llegamos a San Marcos. La había visto muchas veces en películas, pero nada que ver con lo que teníamos delante. 

Plaza San Marcos
Primero entramos a la basílica bizantina de San Marcos, y tras eso decidimos pagar los 6€ para subir a la torre del campanario, con la idea de hacernos una idea de la extensión de la ciudad. 

Vistas del Campanario de San Marcos
Fue una pena porque había mucha niebla y no conseguimos ver lo que nos interesaba, pero igualmente, la ciudad ganaba un aspecto fantasmagórico al atardecer con la neblina y visto desde arriba nos proporcionaba una estampa única.

Gondolas Venecianas
Se nos había hecho de noche, pero aun nos quedaba un par de horas para ver lo que pudieramos, como el puente de Rialto, y las dársenas de las gondolas, justo enfrente de Santa Maria de la Salud. 

Puente Rialto
Más tarde, de camino a la estación, compramos unos trozos de pizza en un puesto en una plaza para cenar algo, y aunque nos quedaban aun muchas cosas por ver, tuvimos que coger el tren de vuelta, que resulto ser un acierto, puesto que nos pasamos casi las 4 horas de trayecto dormidos.
Tren a Milán
A las 12 llegamos a Milan, solo para llegar al hotel y acostarnos para poder aprovechar nuestro último día en Italia.

DIA 4

Aunque teníamos un dia más, ya que el avión no salía hasta la madrugada, no teníamos dinero. Milán ya no tenía nada gratuito que ofrecernos, y nos planteamos ir directamente a echar el día en el Aeropuerto. Lo cual no era muy atractivo pero no nos quedaban muchas alternativas. 

Al llegar al aeropuerto a las 2 de la tarde, vimos que el autobus a Bergamo costaba sólo 1€, por lo que decidimos sobre la marcha dejar las maletas en consigna y echar el día de turismo por el pueblo, aunque tampoco esperábamos gran cosa. 

Panorámica Bergamo
Quizá eso fue lo mejor porque nos encontramos con una sorpresa de lo más grata, Bergamo deberia ser parada obligatoria para todos los que aterricen allí. Aunque sea para hacer tiempo hasta que sale el vuelo.

La parte nueva no es gran cosa, pero cuando llegamos a las Escaleras de Bergamo y comenzamos a subirlas, conforme entramos a la ciudad medieval, la cosa fue cambiando a mejor. Para empezar, cogimos el funicular que nos llevaba a lo mas alto y paramos a comer en el Restaurante Da Franco, que tenía platos a 5€. 

Ristorante Di Franco
Yo pedí unos tortellini, puesto que aun no había tenido ocasión de probar la pasta italiana. Recuerdo que Chavo pidió un Rissoto al Piscato, sin saber muy bien lo que era, el caso es que el arroz con pescado no le gustó mucho y acabamos compartiendo un poco los platos de cada uno. 

Muralla de Bergamo
Luego estuvimos pateando por el casco antiguo hasta bien entrada la tarde, Diego y Chavo estuvieron escalando una de las torres de la muralla, nos hicimos las fotos desde lo alto de la Roca y en la Puerta de Bergamo. 

Puerta de Bergamo
A última hora decidimos comprar algo de cena para que no nos costara tan caro como en el aeropuerto. La solución fue acercarnos al McDonalds y pedir 20 hamburguesas de 1€ para ir administrándolas a lo largo de la noche.

A las 7 pusimos rumbo al aeropuerto Orio Al Serio, con la idea de buscar una ubicación cómoda, porque el avión no salía hasta las 7 de la mañana. Nos quedaban 12 horas en el aeropuerto, por lo que habria que tener paciencia. 
Acampados en el Aeropuerto
Aunque llevábamos sacos de dormir, no pegamos ojo, por lo que estuvimos entre otras cosas, jugando al futbol por la terminal, hasta que los Caravinieri decidieron que ya estaba bien. A eso de las 4, nos echaron del edificio principal del aeropuerto porque tenían que limpiar, y nos llevaron a una nave industrial colindante en la que hacía un frio curioso. 

DIA 5

El avión salio como estaba previsto, y llegamos a Sevilla a las 10. De ahí cogimos el bus urbano que nos llevaba a la estación de autobuses y ahí nos separamos de nuevo, Jose y Chavo para Algeciras, y Diego y yo para Granada. Desayunamos algo y cogimos el bus de las 11. Nos quedamos dormidos hasta llegar a Granada, para la hora de comer. 

Despedida
   "Aparte de los recuerdos, de este viaje nos llevamos una hamburguesa de 1€ del McDonalds italiano, que dejamos en el poyete de la ventana del salón para ver como evolucionaba a lo largo del curso. Curiosamente, se quedó exactamente igual hasta Mayo, cuando decidió irse a vivir su vida. A dia de hoy no la hemos vuelto a ver."




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